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Trenes a escala |
por Ignacio A. Ortiz-Bello
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Como mi primo Antonio París era bien joven y su padre un funcionario
de la RENFE (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles), a mí,
recién llegado a Valencia, España, aquello de "jugar"
con trenes a escala y gastarse una buena cantidad de dinero en comprar líneas,
casitas, arbolitos, luces, lomitas, vaquitas y mil cosas más me pareció
lo más normal del mundo y hasta me agradó y quizás
me hubiera gustado compartir su entretenimiento. Pero meses después,
al tener el enorme placer de conocer a dos figuras máximas de la
filatelia española, como son José Ma. Gómis Seguí
e Isidro Payá Noguera, este último me llevó a conocer
su colección de "soldaditos de plomo" y una sorprendente
colección de trenes a escala que me dejó impresionado para
toda la vida, no ya en manos de un jovencito como mi primo, sino como interesante
pasatiempo de un hombre que con gran seriedad cultiva varios coleccionismos.
Los modelos a escala son antecesores a la fabricación de las grandes
máquinas, y desde su inicio por George Stephenson en 1829 en la Gran
Bretaña, con su máquina "Rocket", se han utilizado
los modelos a escala para luego llevara la realización la construcción
de locomotoras y vagones de tamaño regular. Los ingenieros e inventores,
para economizar, siempre han construido en pequeño utilizando escalas
exactas lo que más tarde han de enseñar a los fabricantes
e inversionistas, para demostrar su funcionamiento, sus mejoras, y en los
Estados Unidos para obtener un certificado de patente.
Las primeras máquinas a escala que se utilizaron como modelos pronto
fueron aparar a manos de "niños ricos" que las tomaron
por juguetes de entretenimiento, pero a las mentes calculadoras este interés
no les pasó por alto y comenzaron a producir réplicas para
satisfacer a una creciente industria de juguetes. Los artesanos de Dresden,
Alemania, comenzaron a crear floreros y saleros en forma de locomotoras,
mientras que en Londres los plateros comenzaron a fabricar trencitos para
poner pipas, plumas, lapiceros, tijeras y otros enseres de oficina.
Se cree que los primeros trenes a escala construidos para juguetes y que
se vendieron con tal propósito salieron a la venta en la década
de 1840, en Inglaterra, Alemania y otros países adelantados de Europa,
y pasaron pocos años después a los Estados Unidos, donde modelos
construidos con madera y otros con hierro, tirados por una cuerda, fueron
los primeros trenes a escala que fueron utilizados como juguetes.
Ya anteriormente algunos países han usado los trenes a escala o trenes
de juguete como motivo para una emisión de sellos (Estados Unidos
en 1970 con un sello de Navidad, Naciones Unidas en 1966 con dos sellos
para UNICEF), pero ahora han estado saliendo más asiduamente y en
mayores cantidades, con más descripción, dirigidos a los filatelistas
ya los que cultivan el coleccionismo de trenes a escala: Sierra Leona y
Tanzania con sellos y hojitas dedicados a los fabricados por Lionel, Dominica
con sellos dedicados a trenes orientales, Guyana con sellos dedicados a
los fabricados en Alemania, y tanto Granada como las Granadinas han dedicado
últimamente emisiones postales a trenes antiguos de los Estados Unidos. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 46 -
Junio 1993 - Número 6
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