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Filatelia - por Ignacio A. Ortiz Bello
Base Ball
por Ignacio A. Ortiz Bello
Filatelia - Base Ball
La fiebre beisbolera ha invadido el campo de la filatelia y, aunque nos resulte muy fácil esta confesión, desde ahora y en el futuro seremos víctimas de estos "filatelistas beisboleros" o quizás "beisboleros filatelistas", que al descubrir un sello o serie cualquiera en la que aparezca un jugador de béisbol, un bate, un guante, una pelota o cualquier otro implemento utilizado en el deporte beisbolero, acapararán y utilizarán esos sellos en mil formas no muy filatélicas, pero que sí son del agrado de los especuladores y comerciantes.

Aunque el coleccionismo de todo lo referente al béisbol no es nada nuevo, y desde niños ya jugábamos con postalitas o cromitos con el retrato de nuestros ídolos, nunca se pensó que el coleccionismo de todo lo relacionado con el béisbol llegara a convertirse en un negocio de tantos millones de dólares, tan ascendente, que los medios masivos de comunicación son utilizados para llegar a los ávidos compradores.

Estos últimos cinco o diez años han sido los del despegue hacia la comercialización masiva de las postalitas o cromitos beisboleros y, créanlo o no, muchos comerciantes filatélicos han dado abrigo a una sección beisbolera en sus comercios, se han aprovechado de las "vacas gordas" para no perder clientela, y con la esperanza de que "el que tiene alma de coleccionista termina por coleccionarlo todo".

Muchos sellos de Estados Unidos y países hispanoamericanos han estado por largos años como dormidos, olvidados, sin dárseles valor. Pero surgió la varita mágica del hada beisbolera y todo cambió: el sello emitido por los Estados Unidos en 1939, No.855 del catálogo Scott, con un diseño que nos muestra a unos jóvenes jugando béisbol se podía adquirir hasta hace poco por 10 centavos de dólar; hoy día su precio es de casi 2 dólares. Más impactante aún ha sido el alza experimentada por los sellos emitidos por los Estados Unidos en 1984 para recordar al puertorriqueño Roberto Clemente, con un facial de 20 centavos de dólar, el cual no creo le sea fácil adquirir hoy día por menos de un dólar.

Y como el muñeco hay que adornarlo, se han destapado mil ideas y coleccionismos filatélico-beisboleros que dan espanto. El día que comienza un jugador en las grandes ligas, se prepara un sobre alusivo franqueado, y si es con un sello o sellos de la temática beisbolera, mucho mejor y más caro. Cuando sale un sello a la venta, hay primer día oficial, primer día en el pueblo donde nació el jugador, sobre firmado por miembros de la familia, por los compañeros de juego, por los amigos y, si el gato supiera firmar, también firmaría. Yo, que soy optimista (Ortizmista) y, mirándolo con el cristal de color positivo, creo que al final esto beneficia a la filatelia, valoriza sellos y series que poco caso se les daba, crea piezas filatélicas, algunas de las cuales tendrán que ser interesantes, y. por qué no, "al que se le mete en el alma el gusanillo del coleccionismo, termina por coleccionarlo todo" y puede que hasta llegue a coleccionar algo con seriedad.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 45 - Mayo 1992 - Número 5



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus