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Filatelia |
Los sellos
más pequeños
del mundo |
por Ignacio A. Ortiz Bello |
No pasa mucho tiempo sin que alguien se aparezca por nuestra oficina filatélica
para mostrarnos su colección de sellos, siempre única, siempre
muy valiosa, siempre "algo que usted jamás ha visto...",
y algunas veces tienen algo de razón.
Esta vez fue un señor bastante mayor, a quien conocí mientras
tomaba una tacita de café, quien me prometió que en cualquier
momento pasaría a mostrarme sus sellos, promesa que ya tenía
olvidada como otras muchas que nunca se realizaron, pero esta vez no falló
y aquí se me presentó, con varias carpetas de tres anillas
repletas de hojas clasificadores negras, en las cuales se encontraban cientos
o miles de sellos.
Después de hacerme conocer el privilegio que significaba el poder
ver esta "valiosa colección" y oírle otras historias,
comenzó por enseñarme sus sellos de oro, ediciones limitadas
y que él pudo obtener por amistad con un comerciante filatélico
inglés, sellos que más tarde, de la forma más diplomática
y sin herir sus sentimientos, le notifiqué que tienen muy poco valor
filatélico, mucho menos de lo que él pagó por los mismos.
Otra de las carpetas o "colecciones" como él llama, sólo
tenía sellos con desnudos, y aquí también había
mucha mezcla de países serios, gran cantidad de sellos precancelados,
con los que nos inundan los países del bloque comunista, y, claro
está, sellos de todos esos países imaginarios o casi inexistentes
que sirven para darle colorido a cualquier colección temática.
En esta carpeta o colección y en otra que estaba dedicada a mujeres
célebres, tengo que confesar que en algunas ocasiones me encontré
con buenas y algo valiosas series.
Pero había una de estas colecciones que, además de contar
con sellos de algún valor, me llamó la atención, me
obligó a pasar las páginas más lentamente, me proporcionó
un rato de placer y el tema para escribir esta crónica filatélica.
Esta carpeta contenía cientos, miles de sellos con un común
denominador: eran los sellos más pequeños del mundo.
Corresponde a Colombia el honor de haber emitido el primer sello más
pequeño del mundo, récord que aún conserva, pues en
el año de 1863 el estado de Bolívar emitió un sello
de color verde, con valor facial de 10 centavos, sin dentar y en el cual
puede verse al centro el escudo de Colombia, cuyo tamaño es de 9,5
milímetros por 8 milímetros.
En verdad ésta es una temática interesante y con mucha atracción
para todo aquél a quien se le muestra una colección debidamente
montada y con reseña explicativa de cada serie. Una temática
no muy difícil de comenzar y para la cual existen muchos sellos emitidos
por nuestros países de Hispanoamérica, aunque para disfrutarla
de verdad y tener una colección que nos sirva de tema de conversación
con un amigo que no sea filatelista -quizás aquí se anime
a coleccionar-, yo sugiero que se coleccionen sellos de todo el mundo donde
encontrarán muchos de gran colorido, otros de interés histórico
didáctico y los más emitidos con el muy estudiado propósito
de que sean un buen "producto comercial" |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 -
Septiembre 1989 - Número 9
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