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Estás leyendo parte de la revista de Julio de 1989
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El viejo continente europeo parece no querer que le arrebaten la supremacía
en varios campos de la cultura universal, y la filatelia es uno de ellos.
Últimamente, se ha notado un resurgimiento en el conglomerado filatélico
europeo. Y comerciantes, sociedades filatélicas, oficinas filatélicas
del gobierno, filatelistas, se han lanzado en carrera acelerada a revivir
la otrora pujante actividad filatélica que en la década de
1970 se vivió en Europa con repercusión en el mundo entero.
Un país que por tradición
cuenta con un gran número de filatelistas es Suiza, y tal es así,
que en muchas ocasiones se ha manifestado que no existe un hogar en Suiza
en el cual uno o más miembros de la familia no colecciona sellos,
base primordial para todas las demás facetas de la filatelia.
Las subastas filatélicas en
Suiza son bien pocas, no pasan de dos o tres al año, conducidas por
casas filatélicas que han hecho de estas subastas casi ya una tradición,
y son de tal magnitud, que cualquiera de estas subastas, valoradas en varios
millones de dólares, equivalen a una docena o más de las que
se realizan por casas filatélicas en otros países. Estas subastas,
de las cuales hemos escrito en otras ocasiones y mencionado la fecha y lugar
en que se realizarían, atraen a muchos filatelistas de todo el mundo,
incluyendo claro está los magnates de la filatelia en nuestra Hispanoamérica.
La confección del sello suizo
se realiza con el más alto profesionalismo técnico y artístico,
pero dando también un alto grado de reconocimiento a los filatelistas.
En Suiza saben desde hace tiempo, así lo reconocen y se benefician
de ello, que los filatelistas compran y "sacan de circulación"
millones de sellos al año, que los filatelistas son los mejores clientes
para su producto. Y en Suiza la oficina filatélica dependiente de
Correos sabe que ellos están allí para vender su producto
a los filatelistas, por eso tan diligentes contestan la correspondencia
que les llega, emiten folletos descriptivos de las nuevas emisiones postales
y se preocupan por la calidad del sello, su colorido y la temática
a que es dedicado.
Para confeccionar estas crónicas,
escribo en busca de información a diferentes fuentes que pueden ser
embajadas, sociedades filatélicas, oficinas filatélicas de
Correos y también algunos comerciantes. Lamentablemente tengo que
decir que en general no es mucha la atención que se pone a nuestras
cartas. Pero no sucedió así con Suiza, pues les escribí
y en menos de tres semanas ya tenía una amable carta, varios folletos
en colores en los que se describían las últimas emisiones
de sellos suizos, así como otra propaganda descriptiva de los servicios
que prestan al coleccionista.
Y voy a terminar ya de hablar de este
pequeño país con 41 288 km2, situado al Sur de la República
Federal Alemana, al Oeste de Austria y Liechtenstein, al Este de Francia
y al Norte de Italia, con una población de casi siete millones de
habitantes, cuya capital, Berna, no pasa de los 300 000 habitantes, y que
si usted tiene interés por sus sellos, puede solicitar gratuitamente
información escribiendo a: Servicio Filatélico, Parkterrasse
10, CH-3030 Bern, Switzerland. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 -
Julio 1989 - Número 7
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