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Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 1977
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Por Ignacio A. Ortiz-Bello
(AHPFN) |
Para satisfacer a muchos lectores que nos escriben preguntando cuál
sello es el más valioso del mundo, hemos de tratar en esta crónica
sobre los sellos más raros o valiosos. "joyas de la filatelia",
basándonos en el trabajo del Dr. Norman S. Hubbard, publicado en
la revista de la American Philatelic Society Correspondiente a mayo de 1976,
trabajo en que el Dr. Hubbard describe todos los sellos de gran valor que
fueran exhibidos en la ciudad de Philadelphia, durante la exposición
del Bicentenario de. los Estados Unidos, INTERPHIL 76.
El más raro y valioso de todos los sellos del mundo, es el que emitiera
la Guayana Británica en 1856, impreso en negro sobre rojo magenta,
Con valor de 1 centavo.
Este
sello fue impreso localmente tras acabarse la existencia de sellos enviados
desde Inglaterra, Con un valor facial de 4 centavos, y no fue hasta el año
de 1873 que se supo de la existencia de este sello Con la denominación
de 1 centavo, gracias al descubrimiento del mismo que hiciera un joven en
la Guayana Británica.
Muchos han sido los que han poseído este sello, cambiando de dueño
en dueño, siendo adquirido en 1878 por el Conde de Ferrari y mantenido
en su colección hasta febrero de 1922, fecha en que se subastó
la Colección Ferrari, hecho que aún se Comenta.
Este sello, cuyo precio actual se estima en casi 2 millones de dólares,
hoy día es propiedad de Irwin Weinberg, quien lo adquirió
en 1970 en una subasta de "rarezas" efectuada por la casa Robert
A. Siegel de New York.
Sin duda alguna, el sello más famoso de los emitidos por los Estados
unidos, es el emitido en 1918 con un valor facial de 24 centavos, en azul
y rojo claro, para el servicio aéreo entre las ciudades de Washington,
Philadelphia y New York.
El bloque de cuatro sellos con numero de plancha, que aparece en este trabajo,
es considerado ser lo mejor de la hoja de 100 sellos que originalmente se
encontrara, ya que cuando uno de sus propietarios, el coronel E. H. R. Green,
decidió fraccionar la hoja y vender gran parte de los sellos, guardó
para sí lo mejor de la hoja, un bloque de ocho sellos con número
de plancha, bloque que vendió más tarde a Y. Souren, prominente
comerciante de New York, quien a su vez fraccionó el bloque en dos
bloques de 4 sellos.
Recientemente se vendió un bloque de 4 sellos, sin número
de plancha, alcanzando un precio de casi 200,000 dólares.
Los
dos primeros sellos emitidos por Francia, son el de 20 céntimos negro
y el de 1 franco bermellón, puestos en circulación el 1 de
enero de 1849.
El sello de 1 franco bermellón, fue reemplazado en 1 de diciembre
del mismo año por otro sello de igual valor en color carmín,
por lo que éstos primeros sellos, en color bermellón, son
todos raros, constituyendo éste invertido que mostramos en nuestra
crónica, formando a su vez una pareja "tete-beche", que
lo hace la pieza más valiosa de Francia; una de las joyas más
preciadas de la filatelia en el mundo, existiendo sólo este bloque
de 4 sellos en nuevo y una pareja o "tete-beche" en usado.
Es interesante saber, que este bloque estuvo tirado tras una mesa durante
varios años, en una estafeta de correos, hasta que fuera traído
a París en el año 1931, convirtiéndose en la pieza
más atractiva de la colección de Teodoro Champion, filatelista
francés de nombre internacional.
Hoy día, este bloque es propiedad de Duane Hillmer, residente en
el estado de Nebraska, quien tuvo la gentileza de exhibirlo durante la exposición
INTERPHIL '76, en Philadelphia.
Cuando
las provincias canadienses se juntaron para formar el "Dominion of
Canada ", fue necesario imprimir una nueva serie de sellos, en abril
de 1868. conociéndose esta serie, para distinguirla de la impresa
años más tarde, por el sobrenombre de "Reinas Grandes"
o "Centavos Grandes". Casi en su mayoría, estos sellos
fueron impresos en papel de textura regular tejida, mientras que unos pocos,
de los valores de uno, dos y tres centavos, fueron impresos en papel de
textura y fibra alineada horizontalmente. De estos sellos, se habla de la
existencia de sólo dos ejemplares del valor de 2 centavos, aunque
a ciencia cierta, sólo se conoce la existencia de este ejemplar que
aparecen en nuestra crónica, sellos que pudimos admirar durante la
exposición INTERPHIL '76, gracias a la generosidad de Robert A. Siegel,
su actual dueño. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 30 -
Marzo 1977 - Número 3
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