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Sellos como inversión |
por Ignacio A. Ortiz Bello |
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Los sellos continúan siendo el mejor de todos los métodos
de inversión a largo plazo. Más de una firma de consultores
en inversiones ha manifestado que con el transcurrir de los años
se ha demostrado que una sabia inversión en sellos ha dado mejor
resultado que sus competidores: bienes raíces, metales preciosos,
obras de arte y otros. Los sellos han sido preferidos en comparación
con otros valores por ser más confiables en su cotización
ascendente y, aunque en muchas ocasiones su precio se estanca o paraliza,
es menos factible su descenso, y sólo raras veces sufre una drástica
caída o reducción.
Aunque estamos bien conscientes de la muy repetida fórmula de que
"el dinero hace el dinero y con el dinero hecho con el dinero se hace
más dinero", no descartamos la oportunidad que todos tenemos
de jugar un poco a ser "inversionistas", aun en el caso de que
el dinero que podemos emplear en ello sea tan limitado que casi ni merezca
llamarse dinero.
No es fácil invertir sabiamente en sellos. Los que están en
esto son tan profesionales como los que manejan inversiones en oro, petróleo,
edificios o bonos del estado. Estos profesionales prefieren invertir en
sellos ya clásicos, que han demostrado durante años ser codiciados
por filatelistas de mucho poder adquisitivo, puesto que se sabe casi con
exactitud el número de piezas existentes y, si bien es cierto que
prefieren invertir en sellos de países con moneda dura o estable,
no por ello desestiman piezas clásicas hasta del país más
pobre, ignorado y remoto del mundo.
Como factores más importantes a tomar en consideración a fin
de augurar cuando un sello es candidato a una buena valoración futura,
yo pongo en primer lugar dos cosas inseparables: el sello debe ser auténticamente
emitido con un motivo universal que se muestra en el mismo; y su tirada
o número de ejemplares debe ser corta o limitada. Un ejemplo: en
1979 la República Dominicana emitió un sello de 10 centavos
celebrando un evento de interés universal: la visita de Su Santidad
el Papa Juan Pablo II, evento ocurrido el 25 de enero y, tres meses después,
en la serie que anualmente emite por Semana Santa dedica un sello, también
de 10 centavos, con la misma cantidad de sellos emitidos {300,000), en el
cual aparece Su Santidad el Papa Juan Pablo II. El primer sello se cotiza
en 40 ó 50 veces su valor facial y sigue en ascenso. El segundo se
vende en dos o tres veces su valor facial y no muestra señales de
subir. El primer sello, repito, fue emitido oficialmente para conmemorar
un evento de interés universal en el cual se muestra la imagen de
su protagonista. El segundo conmemora, un año más, un evento
local: la Semana santa en República Dominicana.
Muchos sellos, que muestran o conmemoran una temática de interés
universal (flores, cosmonáutica, ajedrez), pueden parecernos una
buena inversión; pero cuando vemos su número de tirada, la
caída de la moneda en el país emisor, la poca seriedad de
las autoridades postales que los han emitido, no debemos aventurarnos a
invertir nuestro dinero en ellos. Finalmente, insistiendo en la temática
colombina, no tengo dudas en afirmar que por ahí existen series dedicadas
a Colón que, si se les aplican las dos prioridades antes mencionadas,
son buenísimas compras para los que se decidan a tomar los sellos
como inversión. |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 41 -
Abril 1988 - Número 4
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