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Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 1987
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La bicicleta |
por Ignacio A. Ortiz Bello |
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Generalmente, es tarea de los que escribimos imponer o influir en los
gustos de nuestros lectores, y esto es tan cierto, que siempre que se escribe
sobre un tema ello trae como consecuencia el recibir varias cartas en las
cuales se nos agradece el haber ayudado a la selección de una temática
filatélica, de haber sido factor importante en la decisión
para comenzar a coleccionar sellos relacionados con lo que hemos publicado.
y para compartir con ustedes un dato interesante, las dos temáticas
que más nos han comentado Últimamente han sido las referentes
a su Santidad Juan Pablo II y la dedicada a las orquídeas. Pero,
una vez más; son mis lectores los que han decidido el tema que he
de tratar en esta sección filatélica mensual, ya que cuando
se acumulan varias peticiones estamos en la obligación de acceder
al mandato de los que nos leen.
Sí, he recibido muchas cartas en las que se me pide escriba y difunda
el coleccionismo de sellos en los cuales aparece una bicicleta, temática
bastante popular entre los filatelistas hispanoamericanos y europeos, sucediendo
todo lo contrario con los filatelistas de los Estados Unidos, pues en cuadros
estadísticos de las temáticas más populares en los
EE.UU. no aparece la bicicleta entre las 20 más populares.
La bicicleta es un vehículo de dos ruedas, accionado por pedales
que impulsan la rueda motriz trasera, por medio de una cadena de transmisión.
Aunque no puede precisarse la fecha de su invención ni el nombre
de su inventor, parece ser que el precursor de la bicicleta moderna fue
el francés Sevrac, creador de una máquina de dos ruedas, el
célérifere, adoptado con entusiasmo por los cuidadosos de
seguir la moda en 1970. Esta máquina, carente de pedales, era impulsada
por la acción de los pies del conductor contra el suelo. Otros sitúan
el origen de la bicicleta en el año de 1818, cuando el barón
Drais de Sanerbrón creó la draisiana, muy similar a la antes
creada por Sevrac.
La aparición del pedal dio nacimiento al biciclo y, más adelante,
ala bicicleta, efectuándose gradualmente el paso de uno a otro vehículo
a medida que se sucedieron los perfeccionamientos. Cerca de 1865, Pierre
Lallement, de París, colocó pedales y cigüeñal
en la rueda delantera de un celerífero y creó así el
velocípedo, cuya rueda delantera tenía un tamaño desmesurado
con relación a la trasera.
Entre 1896 y 1897 el vehículo adoptó su forma actual: dos
ruedas de idéntico tamaño y 0.60 m (23.6") de diámetro,
manillar moderno, catalina y piñón unidos por la cadena Galle
y cuadro de ocho tubos. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania
produjeron un elevadísimo número de bicicletas, entre las
que no faltaban las de tipo tandem, capaces para dos, tres e incluso cuatro
personas. En 1899 apareció el cambio de marchas, que facilitó
extraordinariamente los largos recorridos. En 1905, el Ejército austriaco
utilizó por primera vez la bicicleta en unas maniobras militares.
En la actualidad, la bicicleta es juguete preferido por millones de niños
en todo el mundo; es un vehículo utilizado como medio de transporte
barato para ir al centro laboral, para repartir mercancía o llevar
mensajes; es aparato recomendado como ejercicio beneficioso a la salud y,
en una forma más profesional, utilizado en competencias ciclísticas
de interés mundial, como el famoso Tour de France, que en múltiples
ocasiones ha sido reflejado en los sellos. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 40 -
Marzo 1987 - Número 3
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