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Click para ver más grande Estás leyendo parte de la revista de Noviembre de 1964
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Reloj Antiguo
con
Ruedas de Madera

Por E. R. Haan

DEBIDO A QUE tiene cuatro ruedas o engranajes de madera, un balancín en vez de un péndulo y que su funcionamiento se halla plenamente a la vista, este reloj del Siglo XV llamará grandemente la atención de todos. Puede funcionar durante 24 horas antes de tener que cambiar los contrapesos, y puede también ajustarse para poner la hora exacta. En su construcción se utiliza madera dura de veta cerrada, cortada en cuartos. Se recomienda especialmente el cerezo negro. La madera aserrada en cuartos se hincha y encoge menos a lo ancho. Es esencial hacer las piezas con exactitud.
Bastidor: Empiece con el bastidor, figura 1. Para alinear los agujeros correspondientes en ambas placas, asegure éstas entre sí con una abrazadera a fin de perforar dos agujeros al mismo tiempo. Utilice brocas afiladas e introdúzcalas lentamente para que la veta no las desvíe. Los cojinetes de latón son cortos para reducir la fricción a un mínimo y se introducen a presión. Quite las rebabas dentro de sus extremos. Dos espigas se proyectan de la placa trasera para sostener el cordón del contrapeso. Una espiga en la placa delantera sujeta la manecilla y la rueda de la hora. Hay un soporte de latón para apartar el cojinete del eje del balancín y para sostener la rueda de escape. El extremo inferior del eje encastra en una armella de latón que hace las veces de cojinete. Los travesaños del bastidor se detallan en la figura 2, la cual también muestra el montaje de las ruedas. Encole los travesaños solamente a la placa trasera y en ángulo exacto con relación a esta última. El refuerzo encolado evita distorsiones.
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Ruedas y ejes: Para construir los tres ejes de las ruedas, figuras 3, 7 y 8, perfore primero los agujeros de los pasadores de los cojinetes en los extremos de los bloques, de manera que queden perfectamente alineados, antes de tornear aquellos. Cualquier ligera desalineación podría hacer que los pasadores se atascaran en los cojinetes y que los ejes y las ruedas se tambalearan. El eje de la rueda de mando, figura 3, tiene un pasador de cojinete en un extremo solamente. El otro extremo gira dentro de un agujero en la placa delantera. Se perforan cuatro agujeros de guía en este extremo para dar cabida a clavillos que sirven como piñón para mover el horario. Todas las ruedas y la polea de cremallera tienen agujeros de 1/2" (1.27 cm) perforados antes de que se torneen aquéllas, y estos agujeros se emplean para montar el mecanismo en un árbol aterrajado. El lado de cada rueda que se puede ver en el reloj armado se tornea para que tenga un contorno atractivo. Los ejes se tornean de manera que las ruedas se ajusten apretadamente a ellos. El agujero en la polea de cremallera, figura 5, tiene un tamaño ligeramente Sobremedida para que gire en el eje. La uña de la cremallera pivota sobre el lado de la rueda de mando y se mantiene en contacto firme con la cremallera mediante un resorte de alambre musical asegurado por dos diminutas grapas, figuras 4 y 5.
Corte de los dientes: Los dientes de los engranajes se pueden cortar de diferentes maneras. Un método consiste en trazar los dientes de acuerdo con las dimensiones que se dan en las figuras 5 y 6, utilizando un lápiz afilado de grafito duro o calcándolos de estos dibujos. Quite el sobrante con una sierra de cinta de dientes finos, tal como se muestra en una de las fotos, una sierra de calar o hasta una segueta manual, y rebaje la madera hasta las líneas marcadas con una pequeña lima plana o un palo para limar uñas. Otro método consiste en utilizar una desbastadora que se desliza en un carril por encima del torno, así como una placa marcadora en el husillo del torno que tenga el número requerido de agujeros marcadores.

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Aparejamiento de ruedas con piñones: Compruebe cada eje por separado para verificar si gira con facilidad en el bastidor, a fin de que no haya ningún atascamiento en los cojinetes. Empareje la rueda de mando con el piñón de siete dientes en el eje de la rueda central, antes de encolar la rueda central. El ajuste entre la rueda y el piñón será probablemente apretado, por lo que la rueda no podrá girar libremente. Libere los dientes mediante rebajos muy delicados, pero primero ennegrezca con tinta la punta de un diente del piñón y las puntas de dos dientes de la rueda que montan encima de aquél durante el encastre. Esto permite volver a armar el piñón y la rueda de acuerdo con la misma relación.
Para aparejar la rueda con los dientes del piñón, sujete el bastidor en un tornillo acojinado y cuidadosamente aplique un poco de presión sobre la rueda, en la misma dirección que girará en el reloj, mientras se somete el piñón a un ligero roce para simular presiones reales.
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Determine cuidadosamente dónde se produce un atascamiento, cuando un diente del piñón comienza a encastrarse con los dientes de la rueda y cuando aquél se desconecta de estos dientes. Un trozo pequeño de papel carbón colocado entre los dientes que encastran entre sí mostrará los puntos de fricción excesiva. Rebaje sólo los lados de los dientes de la rueda, pero no las puntas, ya que esto reduciría el diámetro de la rueda. Un rebajo excesivo echaría a perder una rueda, debido a que produciría demasiado franqueo, no permitiendo que los dientes del piñón golpearan contra las puntas de los dientes de la rueda. Quite todos los resaltos de los dientes de la rueda que tiendan a impedir que ésta gire bien cuando se toca apenas con el dedo y el piñón se somete a un ligero roce. Las puntas de los dientes del piñón deben tener una sección transversal semicircular y no se deben rebajar en la parte superior. Si las puntas de los dientes de las ruedas se atascan en el fondo de los entredientes de los piñones, ahonde éstos un poco. Después de emparejar la rueda de mando con el piñón en el eje de la rueda central, encole la rueda central a su eje y proceda a emparejarla con el piñón en el eje de la rueda de escape, mientras la rueda de mando se halla quitada del bastidor.

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El material sobrante entre los dientes seq uita primero con una sierra de cinta o caladora y más tarde se lima hasta la línea.
Mecanismo de escape y sincronización: Perfore agujeros de guía para las puntillas equidistantes de la rueda de escape, figura 8, aplicando cola a las puntillas para proporcionarles una mayor fuerza de sujeción. Se obtiene una altura uniforme de éstas esmerilándolas. La figura 11 muestra el balancín y las piezas relacionadas. Unos retenes de lámina metálica en el eje alternadamente detienen la rueda de escape momentáneamente. Justamente antes de que se libere el pasador obstruido de un retén, el pasador opuesto entra para obstruir al pasador que se mueve en dirección hacia él. Doble los retenes por separado para proporcionarles la forma adecuada, empleando un clavo con el mismo diámetro que el eje; luego, deslícelos en el eje y suéldelos. Las superficies interiores de los retenes deben ser muy lisas.
Después de instalar a presión el balancín en el eje, puede usted hacer "zizgzaguear" este último por el agujero en el travesaño superior, a fin de situarlo. Cuando el eje se halla colocado sobre sus cojinetes y cuelga del pasador superior mediante un cordón, los retenes deben oscilar a medio camino sobre los pasadores al conectarse a ellos. Obtenga esta distancia moviendo los cojinetes. Evite que el eje haga contacto con el pasador del cojinete de la rueda de escape.
El mecanismo de escape requerirá un ajuste delicado, para lo cual se doblan los retenes hacia adentro o hacia afuera. Si se extienden de manera que queden demasiado apartados, no detendrán la rotación de la rueda. Si un retén llega y se detiene en el extremo de un pasador, habrá que disminuir ligeramente la separación. Cuando los retenes se encuentran demasiado cerca, los pasadores no pueden pasar a ninguno de ellos.
Se pueden desplazar dos contrapesos de 1/2 onza (14 gramos) en el balancín para ajustar la sincronización. Si esto no basta, los contrapesos en el balancín se aligeran para un movimiento más rápido y se aumentan de peso para un movimiento más lento. En la figura 12 se detallan las poleas de los contrapesos y el cordón. Este último atraviesa los postes de anclaje y se anuda por encima de cada uno de ellos. Si el cordón resbala en la polea de cremallera, aplique un poco de resina. Las poleas no se deben atascar en las roldanas, cosa que podría hacer que el reloj se parara. El contrapeso de 3 onzas (85 gramos) sólo sirve para mantener el cordón estirado.

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Esfera y rueda de horas: La rueda de las horas es idéntica a la rueda central, pero se encola aun mango, figura 9, el cual se ajusta a la espiga en la placa delantera. La figura 10 muestra la manecilla, la cual es fácil de aflojar y apretar para cambiar su posición. Un pasador ahusado de latón se desliza a través de la espiga. La esfera, que también se muestra en la figura 12, rodea a la rueda de las horas y se sostiene mediante pasadores ahusados de latón que también fijan la placa delantera a los travesaños. Los números en la esfera se pueden pintar con tinta china, la cual se cubre luego con laca transparente. El reloj que se muestra aquí es una réplica de uno de los primeros relojes hechos a mano y accionados por contrapesos. La hechura de una réplica de este reloj le hará sentir gran admiración hacia los artesanos de la antigüedad. La vista de cerca, sin la esfera, la rueda de las horas y la manecilla, muestran la relación de las tres ruedas que marcan la hora y el mecanismo de escape.


Nota de mimecanicapopular.com: tomen precauciones ya que donde dice "Tamaño Real" no es así, por el efecto al escanear las imágenes y adaptarlas al sitio.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 35 - Noviembre de 1964 - Número 5


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus