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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1958
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The Bettman Archive |
El Princeton, que podía también navegar a vela,
fué botado en 1843 y cambió el curso de la historia naval |
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La Saga del Buque Princeton |
El primer buque de guerra propulsado
a hélice |
Por William R. Graydon |
POR POCO la población de Stockton, California, no llega a tener
el nombre que hoy ostenta. Tal vez la habrían llamado Woonsocket,
Kearny, Shickshinny o cualquier otra cosa.
El incidente que casi evitó que se usara el nombre de Stockton tuvó
lugar el 28 de febrero de 1844, cuando el barco norteamericano Princeton,
el primer buque de guerra del mundo propulsado por hélice, se hallaba
anclado en el río Potomac a corta distancia de la capital de los
Estados Unidos, esperando la hora de presentar demostraciones especiales
ante un grupo de distinguidos visitantes.
El extraordinario buque propulsado por hélice bajo el mando del capitán
Robert Field Stockton se hallaba dotado de algo de tanta singularidad como
sus motores a vapor: Dos enormes cañones de hierro forjado llamados
"Peacemaker" y "Oregon" y diseñados por el célebre
inventor sueco John Ericsson, quien también había trazado
los planos del buque. Estos extraordinarios cañones navales podían
disparar proyectiles de 97 kilogramos de peso a distancias hasta de 5 kilómetros.
Las altas autoridades de Washington se mostraron entusiasmadas con la oportunidad
que se les ofrecía de presenciar el funcionamiento de estos grandes
cañones mientras se hallaba el buque navegando por el río
Potomac. Un destacamento especial de infantes de marina formó guardia
de honor al paso del presidente John Tyler, mientras éste subía
a bordo del buque para ser recibido por el capitán Stockton. Seguía
al presidente una comitiva de altos personajes, entre ellos el Secretario
de Estado Abel Upshur, el senador Thomas Hart Benton, el Secretario de Marina
Thomas Gilmer, el capitán Beverley Kenon (jefe de construcciones
navales), el coronel David Gardiner (suegro del presidente) y muchos otros.
La señora de James Madison, de casi ochenta años de edad,
fué una de las más de doscientas distinguidas damas que contribuyeron
a dar realce y colorido al memorable acontecimiento naval.
Era un glorioso día para Robert Stockton. El Princeton, que encerraba
la promesa de revolucionar la navegación del día, no se habría
trocado nunca en realidad a no ser que Stockton hubiera luchado con denuedo
por lograr ese grandioso objetivo.
Años antes había ofrecido Ericsson su invento a la potencia
marítima más grande del mundo de aquel entonces, Inglaterra,
y hasta construyó una balsa propulsada por hélice para demostrar
su idea. Pero el Almirantazgo Británico no le dió importancia
al plan de Ericsson, considerándolo como impráctico. Stockton
conocio a Ericsson mientras se hallaba de visita en el consulado norteamericano
en Liverpool. Una excursión por el río Támesis en la
balsa de Ericksson fué suficiente para convencer a Stock ton. El
norteamericano le pidió a Ericsson que construyera dos botes de hierro
de diseño similar para los Estados Unidos. |
Anteriormente, Sir William Simonds, contratista
jefe de la Marina Británica, expresó en la siguiente forma
la opinión del Almirantazgo sobre el invento de Ericsson: "Aún
de tener la hélice la fuerza suficiente para mover una embarcación,
sería inútil en la práctica, ya que con la fuerza aplicada
en la popa sería absolutamente imposible guiar la nave."
Otros ingenieros navales británicos expresaron su opinión
acerca del nuevo invento de una manera más gráfica: "Cuando
el hombre aprenda a caminar sobre las manos o cuando un caballo pueda enjaezarse
tras una carreta, entonces la idea estrafalaria del sueco Ericsson podrá
ponerse en práctica."
Afortunadamente, Stockton era una hombre rico, pues tuvo que invertir grandes
sumas de dinero en planos y modelos antes de que pudiera convencer al Departamento
de Marina de Estados Unidos de la aplicación práctica de la
hélice. En el año de 1839, Ericcsonse unió a Stock
ton en los Estados Unidos. |
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Cortesía de la Marina
de E.U.A. |
Robert Stockton, sin cuyo interés en el invento de
Ericsson no habría podido construirse el Princeton |
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Al principio los dos tuvieron que confrontar grandes dificultades,
ya que las altas autoridades navales se mostraban bastante apáticas.
Las embarcaciones propulsadas por ruedas podían, bien o mal, navegar;
pero no se tenía certeza alguna acerca de un buque de guerra propulsado
por hélice. Además, nada podía substituir a las velas
para navegar por los grandes mares. |
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Tanto insistió Stockton que por fin, en 1841, le otorgaron
las autoridades permiso para construir el primer buque de guerra a vapor
de la Marina que utilizara una hélice. Dos años más
tarde el Princeton fué botado al agua en el puerto de Philadelphia;
No en vano se sentía el capitán Stockton tan orgulloso ese
día de invierno en que su singular nave surcaba las aguas del Potomac
con su carga de distinguidos visitantes. Por otra parte, ofrecía
el buque muchas cosas de sumo interés. El Princeton, que también
podía navegar a vela, era el buque más rápido que había.
Sus motores ocultos bajo la cubierta eran prácticamente invulnerables
al fuego enemigo.
No obstante lo extraordinarios que eran los motores, lo que más llamó
la atención de los distinguidos pasajeros fueron los dos enormes
cañones que llevaba el buque. Estos poderosos cañones, diseñados
por Ericsson, eran los primeros de su tipo en construirse de hierro forjado.
El "Oregon," montado en la popa, pesaba 7 toneladas, mientras
que el "Peacemaker," de 10 toneladas de peso, se hallaba en la
proa. Ericsson no sólo aplicó su inventiva al diseño
de los cañones en sí, sino que también concibió
un nuevo tipo de cureña para los cañones que soportara el
fuerte impacto de las reculadas de aquellos, así como un cierre automático
que permitía elevar o desviar los cañones, cosa que representaba
un gran paso avante en cuanto a armamento naval. La eficacia de los cañones
se hizo evidente durante una prueba que se llevó a cabo contra un
buque simulado que sirvió de blanco. Usando sólo cargas livianas
de pólvora, los proyectiles atravesaron maderos con un espesor de
1.5 metros. Seis proyectiles dieron contra la misma tabla horizontal en
el blanco a una distancia de más de 800 metros. Esta prueba causó
tanta sensación como la hélice inventada por Ericsson. |
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La explosión causada por el gran cañón
del Princeton mató a dos miembros del gabinete del presidente Tyler |
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Cortesía
de ma Marina de E.U.A. |
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Además de sus pesados cañones, llevaba
el Princeton 12 carronadas de 19 kilogramos de peso. Mientras el buque se
hallaba navegando, Stockton demostró la eficacia de las carronadas
disparando cada una en rápida sucesión y terminando con un
estruendoso cañonazo del "Peacemaker" .Se estremeció
el buque de proa a popa y una densa capa de humo envolvió la cubierta.
Comentó Stockton: "No es nada más que pólvora
común y corriente, caballeros. Tiene olor a la Declaración
de Independencia, pero no hay motivo por qué alarmarse."
El Presidente, su comitiva y los otros invitados quedaron altamente impresionados
con el funcionamiento de los cañones. Durante la excursión
por el río, los grandes cañones fueron disparados una y otra
vez hasta haberse saciado la curiosidad de los invitados. Luego los pasajeros
bajaron a la cubierta inferior. Mientras se hallaba el buque pasando frente
a los almenajes de Fort Washington a la derecha, más allá
de Alexandria, se les sirvió una comida a los invitados. |
The Bettman Archive |
John Ericsson diseño el buque Princeton propulsado
por hélice y los grandes cañones que aquél tenía |
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Después de la comida, las señoras permanecieron
platicando en la mesa, mientras que varios de los caballeros subieron a
la cubierta superior para fumar y pasear. El capitán Stockton, quien
se había quedado abajo con ciertos invitados, se hallaba listo a
ofrecer un brindis al presidente Tyler cuando un oficial le informó
que algunos de las visitas querían que se disparara otra vez uno
de los cañones.
Stockton informó al oficial que no se dispararían más
los cañones. Un minuto después regresó el mismo oficial
con un mensaje del Secretario de Marina Gilmer, expresando. Su deseo de
ver al cañón "Peacemaker" en acción una vez
más. El capitán del Princeton no tuvo otra alternativa que
acceder a la solicitud, ya que se trataba de una orden, y subió a
la cubierta inmediatamente. Después de efectuarse los preparativos,
Stockton se colocó él mismo por detrás del cañón,
lo apuntó y lo disparó.
Al disparar el cañón se produjo un gran destello de luz y
un estruendoso ruido, mientras un ensordecedor estallido desbarató
una porción de 6 metros del mamparo.
El coronel Gardiner y el señor Moxey, chargé d'affaires en
La Haya, murieron instantáneamente, mientras que el capitán
Kennon cayó hacia atrás mortalmente herido. El senador Benton
sufrió una grave herida en la cabeza, y un sirviente que se hallaba
parado a su lado perdió la vida. El Secretario de Estado Upshur,
quien se había mostrado todo el día algo receloso del funcionamiento
de los cañones, y quien se había mantenido semioculto por
el mástil principal, perdió la vida a causa de un trozo de
proyectil que arremetió contra su cuerpo, mientras que el Secretario
de Marina Gilmer fué a dar al suelo con tal fuerza que también
perdió la vida instantáneamente.
El presidente Tyler, que se hallaba listo a unirse a sus amigos en la cubierta
superior, había sido detenido por una de las damas y ya estaba apunto
de excusarse cuando el rugiente estallido estremeció al Princeton.
Stockton, que se hallaba detrás del cañón, milagrosamente
se salvó, a pesar de que sufrió quemaduras y de quedar temporariamente
ciego. Tanteando por la cubierta, pudo retener el comando del buque, haciendo
que les prestaran primeros auxilios a los que habían sufrido heridas
más graves. En Alexandria, otro buque, el Joseph Johnston, se encargó
de llevar los muertos y los heridos a Washington.
El senador Benton y otros de los heridos, incluyendo Stockton, se repusieron
con el tiempo. El fatal accidente podía haberse convertido en el
final de la carrera del capitán del Princeton, pero una corte naval
de investigaciones absolvió a Stockton y a Ericsson de toda culpa.
Totalmente repuesto a mediados de 1846, Stockton, quien había sido
elevado al rango de comodoro, fué enviado en el Princeton a Nueva
Orleans a transportar la Tercera Infantería, incluyendo al teniente
mysses S. Grant, a la costa oriental de México. Luego recibió
órdenes de substituir al comodoro Sloat en Monterey, California.
Stock ton, que fué veterano de la Guerra de 1812, desempeñó
un papel importante con Fremont y Kearny en la conquista de California;
sin embargo, puede decirse que tuvo su actuación más brillante
respaldando a John Ericsson. El arraigado convencimiento de Stockton en
la eficacia de los inventos de su amigo sueco cambiaron literalmente el
curso de la historia naval de los Estados Unidos.
Sin embargo, no faltó casi nada para que ocurriera todo lo contrario,
ya que el fatal accidente que tronchó las vidas de importantes miembros
gubernamentales estuvo apunto de causar la muerte del capitán Robert
Field Stockton. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 22 -
Abril 1958 - Número 4
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