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Una luz guía - Bote guía
Adirondack
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Por Cliff Gromer |
Si somos objetivos. este bote no
debería ser tan rápido ni tan divertido
como es. Después de todo. sólo es un bote de
remos. Pero un movimiento con sus largos y flexibles remos te
revelará que no se trata de un bote ordinario. Tus
manos se enciman cuando remas y existe cierto equilibrio. La
respuesta es sorprendente; de hecho, alegre. Lo más
asombroso es que una embarcación que parezca tan apropiada
para nuestra época es en realidad una reliquia del pasado.
Los botes guía de Adirondack son uno de los secretos
-y tesoros- que guardan las Montañas Adirondack,
al norte del estado de Nueva York. Como los caminos eran
escasos o inexistentes a mediados del siglo XIX, los ríos y
lagos que abundan en el área se convirtieron en las
carreteras de aquel tiempo. Los montañeses solían
fabricar sus botes usando solamente el material disponible en el
área y primitivas herramientas de mano. Estos
botes tenían que transportar una cantidad considerable de
carga. pero aún así ser lo bastante
ligeros que un hombre los llevara por los portazgos que
conectaban lago con lago.
Cuando los millonarios que vivían en la ciudad de Nueva York
visitaban las Adirondaks con sus familias, los tramperos pronto
aprendieron que trabajar como guías de turistas representaba
una alternativa más sencilla para ganar dinero. El bote
guía -el VDU de ese entonces- era la única
alternativa de transporte.
El diseño y evolución de un bote guía
fue impulsado más por la función que por otra
necesidad. En un día, quizá tendría
que llevar dos hombres, su equipo, dos perros y un venado muerto. Otro
día, llevaría material de
construcción. Se enfrentaría a las rudas aguas de
vez en vez. Y siempre desempeñó de forma
sobresaliente.
Los botes de carga de la región iniciaron con costados
rectos y un fondo plano. Después, evolucionaron a un
diseño que contaba con una quilla de tableros, que
gradualmente se estrechó con los años hasta
formar una elipse. Esto requirió costillas curvas para
soportar el casco mientras el fondo se volvía más
estrecho. Las costillas se hicieron a partir de las curvas naturales de
raíces de abeto, mientras que el tablaje era de pino blanco.
El tablaje amplio de los costados cedió su sitio a bandas
más estrechas, o tracas, para albergar las costillas curvas.
Eventualmente, también se biselaron los bordes superiores de
casa tablero para que se acoplaran.
Con poca carga, el bote tiene una pequeña área
húmeda y, en consecuencia, puede ir más
rápido con mayor resistencia. Si se añade
más carga, el casco desplazará más
agua, volviéndolo más estable.
Una de las colecciones más grandes de botes como estos se
conserva en el Museo Adirondak, en Blue Mountain Lake, NY, en Estados
Unidos. Algunas personas, como Jim Cameron (www.adkguideboat.com),
construyen sólo un bote por año, pero empleando
materiales y métodos tradicionales. Cada uno de los botes de
Cameron está unido con 5,000 taquetes y 2,500 tornillos.
El bote guía Adirondack es un trozo de historia cuya era ha
llegado, se ha marchado y ha regresado. Colócate
atrás de los remos de uno y verás a lo que
refiero. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 54 - Junio 2001 - Número 6 |
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