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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1968
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En el Asiento del Conductor del FIAT 124 |
Por Alexander Markovich |
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El rendimiento del coche es estupendo, no obstante tener
un pequeño. Acelera con rapidez |
SI ESTA USTED buscando un auto perfecto, entonces el nuevo Fiat 124 no
es para usted. Tiene ciertas desventajas.
Tal vez sea difícil encontrar agencias de estos autos en nuestro
continente. En el momento de escribir estas líneas sólo hay
415 agentes a través de los Estados Unidos, por ejemplo, aunque el
número de éstos va en aumento.
El prender los faros delanteros es como programar un computador. Primero
hay que oprimir un interruptor en el tablero de instrumentos, luego hay
que mover una especie de cabo en la columna de dirección y finalmente
hay que oprimir otro interruptor en el tablero para prender las luces de
éste.
El pedal de los frenos se halla conectado a lo que parece ser una olla llena
de macarrones. Además de nuestro auto de prueba, apliqué los
frenos de otros dos 124 y me dieron la sensación de tener una acción
esponjosa también. Sin embargo, esto no merma el rendimiento de los
discos en las cuatro ruedas. Después de una media docena de paradas
súbitas mientras desarrollaba una velocidad de 60 mph (96 kph), los
frenos detuvieron el auto de manera rápida y efectiva, con un mínimo
de debilitamiento.
Pero el 124 también ofrece muchas ventajas. Por ejemplo, no he conducido
un coche pequeño que tenga una marcha mejor que este modelo.
Al efectuar virajes, el auto se aferra perfectamente a la superficie del
camino. La suspensión independiente en la parte delantera y la suspensión
de eje activo en la parte trasera le proporcionan al vehículo una
suavidad de marcha que bien quisieran tener muchos autos deportivos.
Su rendimiento es sorprendente, especialmente para un motor pequeño
de cuatro cilindros en línea con un desplazamiento de apenas 73 pulgadas
cúbicas (1,19 l) y una potencia de sólo 65 caballos. Para
alcanzar una velocidad de 60 mph (96 kph) desde la inmovilidad, demoró
sólo 13,7 segundos, o sea menos que muchos autos compactos norteamericanos
con motores de seis cilindros-y para acelerar de 40 a 60 mph (64 a 96 kph)
requirió 6,9 segundos solamente. Yeso que se trataba de un motor
que todavía no había recorrido 800 millas (1,280 k). Su velocidad
máxima de 87 mph (139 kph) le permite moverse con agilidad por autopistas. |
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Los controles se hallan perfectamente ubicados para facilitar
su manipulación. El manubrio se encuentra a una distancia adecuada
para poder extender los brazos y controlar el vehículo con mayor
eficiencia. Los pedales del acelerador y de los frenos están convenientemente
espaciados y su posición permite pisar el uno con la punta del pie
y el otro con el talón, como cuando quiere uno decelerar y cambiar
a baja al mismo tiempo.
La transmisión de cuatro velocidades con palanca en el piso actúa
con gran precisión y se halla perfectamente sincronizada. Basta un
ligero movimiento del dedo para cambiar de velocidad. El asiento puede ajustarse
con gran facilidad. La profusión de vidrio proporciona una excelente
visibilidad en todo el derredor.
No me explico cómo un auto con un precio de apenas 1800 dólares
pueda tener un interior tan lujoso. La tapicería de vinilo plisado
parece ser de cuero legítimo y los asientos tienen pequeñas
depresiones para fines de ventilación, |
Los asientos delanteros con tapicería de vinilo plisado
proporcionan al interior una lujosa apariencia. También están
ventilados |
Los asientos delanteros tienen diferentes ajustes que permiten
disponerlos hasta en posición reclinada. La amplitud horizontal es
más que adecuada tanto adelante como atrás y la amplitud vertical
resulta suficiente para manejar uno con el sombrero puesto. |
El tablero, que se halla bien acojinado, tiene un velocímetro
exacto (muestra una inexactitud de apenas 1 mph -1,6 kph- a 60 mph - 96
kph) , un indicador de la temperatura del agua, un indicador del nivel del
combustible y numerosas luces rojas de pequeño tamaño. Noté
la falta de un indicador de la presión del aceite y, por ser éste
un vehículo con atributos de coche deportivo, debiera tener un tacómetro
también. El compartimiento de guantes es inmenso, pero carece de
cerradura.
A los italianos les encantan los asideros (tal vez tenga esto que ver con
la manera en que manejan). El 124 tiene un asidero sobre la puerta delantera
derecha y otro sobre cada puerta trasera, los dos asideros traseros incorporan
prácticos ganchos para colgar ropa. Entre otros detalles hay dos
luces de viraje, un espejo retrovisor de tipo diurno y nocturno, un calentador
que funciona a las mil maravillas, ventilas giratorias en el tablero de
instrumentos que dirigen el flujo del aire hacia el parabrisas o hacia el
rostro de uno, una luz de destello para casos de emergencia, un juego de
herramientas, limpiaparabrisas eléctricos, un lavador de parabrisas,
fiadores para arneses de seguridad, un liberador del capó bajo el
tablero, un aro de bocina completo y viseras acojinadas que se desplazan
hacia atrás para proteger las ventanillas laterales contra el sol.
Es posible que lo que más me impresionó fue la alta calidad
de la mano de obra. Cada panel tiene un ajuste perfecto y no pueden escucharse
ruidos ni traqueteos. Además, el chasis se halla lubricado permanentemente. |
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 -
Abril 1968 - Número 4
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