Por Gordon Johncock
Estrella de las carreras USAC
DE CUANDO EN CUANDO se me presenta
la oportunidad de conducir un auto que me sorprende. A veces ofrece mucho más
de lo que esperaba y otras veces mucho menos. Un ejemplo del primer caso es el
nuevo Corvette de la Chevrolet.
He manejado casi todos los llamados autos de estilo deportivo -el Mustang, el Camaro, el Firebird, el Barracuda, el Javelin, etc.- y, a pesar de que desde un punto de vista de manejo, son muy superiores al auto sedán típico, siempre he encontrado en ellos algo que censurar.
Creo que casi todos ellos tienen un exceso de peso en el extremo delantero y también creo que no ofrecen lo que espera uno de ellos.. En otras palabras, su apariencia engaña un poco; parecen como si pudiera uno llevarlos a la pista de carreras más cercana y correr como una bala por ella. Pero sería tonto hacer esto. Todos estos autos requieren grandes modificaciones para poder resistir las tensiones a que los someten las carreras.
Pero sí hay una excepción entre ellos, y esa excepción es el Corvette de 1968 que probé para MP a lo largo de la zigzagueante pista del Campo de Pruebas de la General Motors, en Milford, Michigan. Nunca antes me había colocado tras el manubrio de un auto de pasajeros desprovisto de alteraciones y tenido la sensación de estar a punto de arrancar en un auto de carreras. Y cuando apliqué fuerza de verdad durante la primera vuelta por la pista, experimenté esa agradable sensación que proporciona el saber que tiene uno en sus manos un vehículo excepcional.
Durante las dos primeras vueltas por ia pista me acompañó Zora Arkus-Duntov, conocido como el 'Señor Corvette' desde la presentación del auto en 1955. Al observarlo con el rabo del ojo puede uno notar cómo se refleja en su rostro el orgullo que siente por su 'creación'. Disfruta de verdad cuando el auto ejecuta todas aquellas cosas que espera de él.
El coche que probé era un convertible rojo provisto de un motor de 427 pulgadas cúbicas (6,99 1) con tres carburadores de dos cañones. Esta versión en particular desarrolla una potencia de 400 caballos. Puede uno obtener otro motor con una potencia mayor (460 caballos), pero no entiendo por qué necesitaría o querría alguien un motor con un caballaje semejante. Tenía el vehículo una transmisión Turbo Hydramatic de tres velocidades, frenos motrices de disco en las cuatro ruedas y dirección motriz también. Llevaba neumáticos Goodyear F70-15. El eje trasero era de tipo de tracción positiva con Una relación de 3.01:1.
En resumidas cuentas, un verdadero vehículo de alto rendimiento.
Afortunadamente,
una de las primeras cosas que noté fue que el peso del coche se hallaba
distribuido de manera uniforme sobre las cuatro ruedas. De hecho, cuando patiné
la primera vez como resultado de un error mío (volví a patinar después,
pero a propósito), noté que el extremo trasero no coleteó,
como sucedería en un auto de extremo delantero pesado. En vez, se enderezó
como si hubiera efectuado un deslizamiento controlado, al igual como lo hacen
los autos de carreras. Llegué a apreciar más y más la excelente
distribución de su peso al efectuar virajes a velocidades cada vez mayores.
Ni en una sola ocasión (excepto. cuando patiné por culpa mía)
se desplazó el auto de la trayectoria en que lo había apuntado.
Aun al desplazarse durante ese patinaje mío, el auto mostró una
tendencia a enderezarse por sí solo.
Otra característica notable del auto es su dirección motriz, la mejor de cuantas he visto. A diferencia de la mayoría de los sistemas de dirección motriz, los cuales muestran una tendencia a perder su eficacia cuando se hace girar el manubrio completo, el Corvette ofrece un control total y fácil de tope a tope, por lo que no hay que desplegar ningún esfuerzo para controlar el vehículo.
La
aceleración es algo especial. Hay un tramo recto aun lado de la pista de
la General Motors y, a pesar de que no es lo suficiente extenso, me proporcionó
la oportunidad de comprobar la aceleración del Corvette. Al entrar en el
tramo recto apliqué con fuerza el pedal del acelerador y pude observar
cómo la aguja del velocímetro subió a más de 100 mph
(160 kph), antes de tener que decelerar para tomar una curva. Desafortunadamente,
.no tuve tiempo para cronometrar la aceleración del vehículo (el
Campo de pruebas es un lugar de mucha actividad; nos dejaron usarlo por menos
de dos horas, tiempo éste que no me permitió hacer todo lo que quería
yo) , pero es posible que podría acelerar a 60 mph (96 kph) desde la inmovilidad
en unos seis segundos, y posiblemente hasta en menos tiempo.
Junto con la rápida aceleración del vehículo, cuenta éste con un sistema de enfrenamiento de lo más eficaz. Tal como sucede con todos los frenos de disco, la fuerza de enfrenamiento aumenta al calentarse los frenos. Aun después de cuatro o cinco paradas de emergencia, el debilitamiento de los frenos fue insignificante.
La transmisión automática del coche dió pruebas de funcionar con suavidad y rapidez, sin producir ningún ruido. Para mí, la prueba de la eficiencia de una transmisión automática es si noto la falta de una palanca de cambios manuales al surgir una situación difícil.
Tengo que confesar que el Corvette no me dio esta sensación ni una sola vez.
No soy un experto en cuestiones de estilo, pero creo que el nuevo Corvette es un auto de lo más atractivo. Tal vez sus líneas son demasiado elegantes, como han dicho ciertos críticos.
De todos modos, no hay ningún otro auto producido en Detroit que se le asemeje. Es posible que la única falta que encuentre sea con los guardafangos delanteros; son innecesariamente altos y, en mi opinión, tienden a obstaculizar la vista del camino. Aparte de esto, el auto cuenta con todas las nuevas características de diseño que puede ofrecer
un coche moderno de hoy, a pesar de que los faros retráctiles tienen una extraña apariencia bulbosa cuando se hallan al descubierto.
Una vez que aprende uno a abrir las puertas desde afuera, es comparativamente fácil entrar al vehículo, no obstante sus bajas líneas. En otras palabras, no tiene uno que doblar el cuerpo excesivamente para entrar en él, como sucede con la mayoría de los autos deportivos.
En el interior, los asientos son tan cómodos como los mejores, y hasta más cómodos que la mayoría. Se adaptan bien al contorno del cuerpo de uno, especialmente a la espalda. La amplitud vertical y 1a amplitud horizontal son más que adecuadas para todos, excepto personas de tamaño gigante. A no ser por esos altos guardafangos delanteros, la visibilidad es buena en todo el derredor.
Tal como la mencioné antes, el auto que probé era un convertible (se le puede quitar el techo cuando uno quiere) , por lo que no cuenta con la barra contra vuelcos que tiene el modelo cupé. Creo que la barra contra vuelcos es una excelente idea, algo que, en mi opinión, debieran tener todos los autos, particularmente los de tipo deportivo. Sin embargo, no sé cómo podría instalarse una barra semejante en un modelo deportivo.
El único otro Corvette que había manejado antes era el modelo de 1963. Muchos dirán que este nuevo modelo es esencialmente el mismo auto, aunque con una carrocería nueva. Pero esto no tiene nada de verdad; el coche muestra numerosos cambios (la dirección y la suspensión son sólo dos de ellos) que la sitúan en un plano mucho más ventajoso que el modelo de 1963. De todos modos, puedo dar seguridades de que el Corvette de 1968, a pesar de ser un auto pesado y potente (?demasiado potente?) , proporciona una sensación totalmente diferente al modelo de .1963. Su manejo es superior. y sus reacciones son mucho mas rápidas y mejores.
En resumen, el nuevo Corvette es, en mi opinión, el mejor que ha aparecido entre todos los modelos de su marca. No es un auto para todos; especialmente por su precio (5500 dólares en adelante). Además, no puedo pensar en muchos lugares, aparte de pistas de carreras, en que el coche pudiera conducirse a su potencial máximo. Es un vehículo para conductores expertos y no un juguete. Me aterra la idea de que un padre rico le compre á su hija un
nuevo Corvette para que se luzca entre sus amistades. Sin lugar a dudas, se trata de un coche al cual hay que prestar gran atención cuando se maneja.
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 - Abril de 1968 - Número 4