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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1998
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La escuela de los golpes
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Por Scott Oldham
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En mi opinión, chocar en
una motocicleta está el mismo nivel que ser devorado por un
tiburón. No quiero experimentar ninguno de estos eventos.
Pero quiero aprender a conducir mejor, y aprender a raspar mi rodilla
en las curvas como lo hacen los profesionales.
El mejor lugar para aprender es la Escuela de Conducción y
Resistencia Avanzada del equipo Suzuki. La institución lo
saca de la calle y lo transporta al controlado ambiente de una pista de
competencia. Compre una motocicleta Suzuki nueva GSXR600, GSXR750 o
GSXR1100, y las clases son gratis. Compre otra motocicleta
seleccionada, y el día costará U.S. $125.
Llego a la pista de Willow Springs en Rosamond, California, a las 7 de
la mañana. Willow es una veloz pista de 9 curvas, rodeada
por el desierto. Perfecto, no hay nada rígido contra lo cual
pueda estrellarme. Eso pensé.
Después de una sesión de teoría, los
estudiantes son divididos en dos grupos. Me asignan al grupo lento
porque no tengo experiencia en competencias, y no he conducido mi
motocicleta más que para meterla y sacarla de la camioneta.
He competido con autos en Willow, así que la calidad de esta
moto y mi conocimiento de la pista me hacen sentir como si me dirigiera
a mi primer campeonato. Pronto estoy conduciendo a 190 km/h en el tramo
recto, y supero los 160 km/h en la Vuelta 8.
De hecho lo hago tan bien que al final de la sesión de 20
minutos, John Ulrich, capitán del Equipo Suzuki, me cambia
al grupo veloz. Ahora estoy alcanzando 215 km/h en línea
recta, y tomo la Vuelta 8 a 190 km/h. Estoy raspando mi rodilla en la
larga Vuelta 2. Bien, misión cumplida a excepción
de un detalle. No me he golpeado la cabeza.
Después de raspar mi rodilla en la Vuelta 2, me golpeo la
cabeza en la Vuelta 3. Parece que una motocicleta siempre
tendrá una zona dura contra la cual chocar, sin importar en
dónde se encuentre: el piso.
Mi vestuario de piel y mi casco cumplen su labor,
manteniéndome entero. Pero mi cabeza ha recibido un buen
impacto. De regreso a casa, sintiéndome como un perdedor,
comprendo que nunca se me enseño qué hacer en
caso de que la velocidad no disminuyera lo suficiente en una curva. O
qué hacer si salgo del camino. O qué medidas
tomar en una situación de emergencia. El método
del Equipo Suzuki consiste en arrojarte a un foso para que aprendas a
nadar. Como sólo nos caímos dos, la
mayoría efectuaron un buen trabajo.
¿Soy un mejor conductor? Sí, pero sólo
porque descubrí el límite de mis capacidades de
manejo y los límites de una motocicleta muy buena. Ahora
sé qué no podemos hacer. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 51 - Abril 1998 - Número 4 |
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