|
Estás leyendo parte de la revista de Marzo de 1959
|
Recomienda este artículo a un amigo
|
|
|
Dos diseñadores industriales ofrecen aquí
su original concepción de lo que debe ser . . . |
|
EL AUTOMÓVIL PEQUEÑO |
NO TIENE ALETAS, y casi nada de vuelo (el poco que tiene se separa sacando
algunos pernos para cambiarlo por otro nuevo). No se parece a ninguno de
los automóviles que hemos visto hasta ahora.
Su parte delantera se asemeja a la de un ligero coche deportivo; la trasera
tiene algunas de las características de los ómnibus.
Se trata de un vehículo ideal para salir de compras e ir a la oficina,
que ha sido ideado, con el propósito de solucionar los problemas
del transporte urbano y suburbano, por Jay Doblin, Director del Institute
of Design, del Illinois Institute of Technology, y W. W. Fitzgerald, jefe
del Product Design Department de la misma escuela.
Mecánica Popular les pidió a estos hombres, representantes
típicos del grupo de diseñadores industriales que critican
los estilos de Detroit; que diseñaran un vehículo que respondiera,
según sus criterios, a las necesidades reales del ama de casa, el
empleado de oficina y el habitante de una ciudad pequeña.
En otras palabras, se les pidió un automóvil que pudiera ser
el "primero" de los dos de la familia norteamericana típica,
esto es, un coche destinado a usarse la mayor parte del tiempo, y que permitiera
reservar el otro, de mayor tamaño y más poderoso, para las
vacaciones y viajes largos.
El nuevo coche, diseñado exclusivamente para el uso urbano, tiene
suficiente capacidad en su parte delantera para que se sienten cómodamente
dos adultos, con amplio espacio sobre sus cabezas y para las piernas. En
el asiento trasero, que mira hacia atrás, caben tres niños.
Es muy pequeño, ya que tiene sólo 203 centímetros de
distancia entre ejes y 357 centímetros de longitud total (es casi
1,80 metros más corto que el Ford, el Chevrolet o el Plymouth).
Sin embargo, este pequeño auto, según sus diseñadores,
hará todo lo que le exija el habitante medio de la ciudad, por menos
dinero y con más eficacia que el coche grande.
El asiento posterior se transforma, sin más que bajarlo, en una práctica
plataforma que sirve tanto para transportar los alimentos como para llevar
sillas y mesas a la reunión del club de bridge. Los asientos delanteros
también se abaten independientemente, con lo que permiten al aficionado
a la carpintería acarrear desde el aserradero hasta su casa las tablas
largas que pudiera necesitar para sus trabajos de fin de semana.
Las puertas se corren hacia atrás (no giran), con lo cual el auto
puede estacionarse junto al encintado sin peligro de que sus ocupantes queden
prisioneros. Las luces de parada y las direccionales van montadas sobre
el techo, de modo que los conductores de coches grandes verán a este
automóvil pequeño desde varios coches atrás. |
|
|
La parte del frente del coche, y también la del extremo posterior,
tiene una guarnición de goma que absorbe los golpes del estacionamiento.
En las colisiones más serias, esas piezas, al aplastarse, absorberán
las fuerzas del impacto, con lo cual se reducirán las posibilidades
de que se lesionen los ocupantes. Las piezas dañadas se desmontan
y se reemplazan (como todas las chapas de la carrocería) con sólo
quitar algunos pernos, de fácil acceso, que se hallan ocultos bajo
tacos metálicos.
Su gran visibilidad permite manejarlo sin tensiones en tránsito denso
y estacionarlo sin esfuerzo. Trae una barra contra vuelcos que rodea por
completo el compartimiento de pasajeros y, además, soporta el techo.
Sus diseñadores proponen que se use un motor refrigerado por aire,
probablemente uno de tipo chato de cuatro cilindros, y una transmisión
automática de dos velocidades.
Desde luego que este automóvil no reemplazará al coche grande;
empero, permite formarse una idea de lo que sucedería si los diseñadores,
ignorando la tradición, encararan desde un punto de vista nuevo el
viejo problema que se ha intentado solucionar con el automóvil: ir
sentados desde un lugar a otro. |
|
Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 24 -
Marzo 1959 - Número 3
|
|
|