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Lo que fue sensacional - Por Jay Leno - Febrero 2001
Por Jay Leno
No participo en carreras de autos clásicos. Siempre me ha divertido la gente rica que piensa que si puedes comprar cierto tipo de vehículos. necesariamente debes ser un buen corredor de autos. El que uno tenga la capacidad económica para adquirir algo, lo que sea, no significa que sea bueno usándolo. Cuando tienes varios automóviles potentes, no te sientes tan tentado a correrlos como podría creerse. Por ejemplo, tengo un Dodge Coronet bastante poderoso. Sin embargo, a leguas se nota que es muy primitivo. Ni siquiera cuenta con un cilindro doble para los frenos. Ése es el tipo de carros que me gustan.

       Mi Packard straight Eight Clipper detiene el tráfico con su imagen, y es que parece extraído de una película de la década de los cuarenta. Lo genial es que data de 1947. lo que significa que aún no había ni dirección ni frenos de potencia. Aún así. es muy armónico y resulta un placer manejarlo.

       La gente siempre quiere saber cómo escogí los vehículos que he adquirido. La verdad es que no tengo predisposición y me quedo con los que me conquistan por su apariencia, como si se tratara de una chica preciosa. Mi esposa, Mavis, es muy tolerante con mi pasión. Sabe que a largo plazo es más barata que otros vicios. Siempre he dicho que la mayoría de los chicos de Hollywood tienen 53 novias y un auto. En mi caso es al revés, y mi esposa siempre sabe dónde estoy: en la cochera -y es feliz por ello. Me parece que en realidad los vehículos no son nuestros, sino que los estamos cuidando para su siguiente dueño.

       Me sorprende que muchos jóvenes no sepan lo que es manejar un clásico, incluso algunos muchachos que sí saben de autos y de su historia. Las generaciones pasan y nadie les enseña sobre esta materia. Una vez, cuando le estaba poniendo gasolina al Mercer, unos niños me preguntaron de qué año era. Les dije que de 1913 y no me creyeron porque pensaban que en ese entonces todavía no existían los automóviles.

       No comprendo del todo por qué me gustan tanto los autos clásicos, pero sé que tienen algo que no encuentro en los modelos más nuevos. Un día viajaba a bordo de un Corvette 98 con Steve Earle (el organizador de las Carreras de Autos Históricos de Montrey) y le pregunté qué pensaba de ese modelo. Me dijo: "es muy agradable. Pero no es muy cálido. Todo trabaja de manera hermosa, pero le falta algo". Creo que nunca he conocido a alguien que refleje de tal forma mis propios pensamientos.

       Al conducir mi viejo Jaguar XK120 de puertas recortadas. puedes ir a 96 kph y sentir que vas a 120 o a 145 kph. Si quieres, tocas el piso. Si ves una basura en la carretera. puedes elegir con qué llanta aplastarla. Eso es imposible con los vehículos modernos, incluso con las motos. Además. a los autos viejos les puedes agregar caballos de fuerza. Antes. Podías comprar un carro de 100 hp y hacerle modificaciones para incrementarlos a 120 hp. Ahora es imposible. Vas a una tienda especializada y sólo te ofrecen un sistema de sonido. rines muy llamativos y chips. Con los autos viejos al menos podías decidir tu destino.

       En mi caso, poseo vehículos que mucha gente duda que tengan la capacidad de siquiera llevarme a mi destino. Cuando recoges a alguien en un auto de vapor de hace 90 años. no se pregunta qué tanto tardaremos en llegar a donde vamos, sino si llegaremos. Al final se sorprende de que lo hayamos logrado. Eso es lo que me gusta: que exista la expectación en el sentido de si llegarás o no a bordo de este tipo de vehículos viejos. Y no que me pregunten cuál fue la estabilidad de mi carro en una vuelta.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 54 - Febrero 2001 - Número 2


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus