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Estás leyendo parte de la revista de Abril de 1995
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Reemplazando la Cremallera de Dirección |
por John Decker |
Es una placentera, clara y agradablemente fría
mañana invernal. Pero el auto arranca enseguida. Así que coloca
la palanca en Retroceso y da marcha atrás en la calzada, sólo
que momentáneamente le entra pánico cuando el volante se tranca
cuando trata de girarlo hacia la izquierda. Así que se monta derecho
en la acera opuesta y contra el buzón de madera tallada a mano del
vecino. Se requieren muy buenos músculos para voltear el volante
en cualquier dirección, según la dirección motriz se
ha convertido en manual. Una revisión rápida no revela una
correa que patine y además hay abundancia de fluido en la bomba de
la dirección motriz.
Se las arregla para salir y entonces, luego de unos minutos de conducir,
el volante de dirección de nuevo se vuelve flexible y la dirección
motriz regresa de forma mágica.
¿Una falla pasajera? No es probable. El problema de la dirección
rígida probablemente regresará cada mañana fría,
sólo para desaparecer de nuevo una vez que se haya calentado a la
temperatura de funcionamiento del fluido del sistema de la dirección
motriz.
El problema, acertadamente llamado "enfermedad mañanera"
es causado cuando los sellos hidráulicos crean ranuras en la suave
caja de aluminio del piñón, de la unidad motriz de la dirección
de piñón y cremallera. |
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grande y claro |
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Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 48 - Abril
1995 - Número 4 |
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