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Cómo Comprar un Auto Usado

LA COMPRA DE UN CARRO USADO no debe ser un juego de azar, ya que hasta la persona menos experimentada puede tomar las precauciones necesarias que le aseguren una compra bastante satisfactoria. La mejor garantía es dirigirse a un vendedor de la localidad que goce de buena reputación y que se halle establecido desde hace varios años en ese tipo de negocio. Cuídese de las "ofertas sensacionales," ya que no hay más que recordar que un comerciante serio y escrupuloso no puede pretender regalar la mercancía, sin ir a la ruina. Cuídese de las tan cacareadas garantías que se ofrecen. El espacio de que disponemos no nos permite entrar en detalles acerca de estos documentos tan pregonados; pero le recomendamos leerlos cuidadosamente, y analizar con mucha detención la terminología. Frecuentemente no tienen ningún valor real, y hay casos en los que se obliga al comprador a incurrir en gastos por concepto de reparaciones, cuyo costo debió haberse deducido del precio del auto. Otra razón importante que aconseja el ser prudente, cuando nos encontramos frente a una de las llamadas gangas, es que a menudo un carro de bajo precio no hace más que corroborar el refrán de que "lo barato sale caro." Por lo tanto Lo primero que debe hacer es no precipitarse. visite antes varios lugares para tener una idea del precio que tiene en plaza el auto que a usted le interesa. En cuanto se decida por la marca y modelo, que va a comprar (aunque sería mejor que tenga en mente 3 ó 4) contrate los servicios de un buen mecánico para que examine el carro. Dicho técnico está capacitado para escoger a ciencia cierta un automóvil en buenas condiciones, y el pago de su estipendio constituirá una de las mejores inversiones que haya hecho usted en su vida.
Sin embargo, si usted mismo debe hacer la selección, ofrecemos aquí varias comprobaciones que le ayudarán a evitar la compra de un auto mal cuidado, dañado o que, por cualquier razón, no sea deseable.
Excepto por la transmisión automática en muchos de los modelos recientes, las comprobaciones para determinar el estado de un automóvil usado son las mismas de siempre. No se deje engañar por la pintura o por el brillo. No sería raro que el propósito sea precisamente disimular daños importantes. Los guardafangos abollados, las portezuelas enmohecidas, y otros pequeños daños, que se reparan a la perfección, no son razones para disuadirlo de la compra. Lo importante es revisar debajo de la chapa metálica que está dañada y examinar el bastidor. Si el chasis presenta señales de haber sido calentado y enderezado, o si hay soldaduras visibles, deseche el carro, sin importar el bajo precio que pueda tener. Aunque las llantas y el tren rodante no muestren en ese momento señales de desalineamiento, se puede asegurar que, a la larga, producirán serios dolores de cabeza.

Levante el frente y oscile las ruedas para ver si el perno maestro y los bujes de soporte están gastados

Los daños en la carrocería, debidamente reparados, no deben ser óbice en la adquisición del automóvil


Al revisar el tren rodante, examine su conjunto frontal. La reparación del sistema de suspensión independiente es una labor costosa. Si las ruedas delanteras se hallan inclinadas, con la parte inferior hacia afuera, pase de largo, pues ese automóvil no le conviene. Si se diera el caso que la posición de las ruedas es correcta, o sea que están verticales o con la parte inferior ligeramente metida hacia adentro, compruebe si no las han forzado a esa posición para encubrir una falla. Cuando los bordes frontales de las ruedas convergen en un ángulo pronunciado, los neumáticos se gastan rápidamente. Si le es posible, levante con un gato una de las ruedas delanteras y hágala oscilar para comprobar si hay desgaste en el perno maestro y en loS bujes de soporte. Si el desgaste es excesivo, tendrá que reparar el extremo frontal, lo cual cuesta 100 dólares más o menos. Luego, bambolee la rueda en la otra dirección para ver si están gastados los extremos de la varilla de enlace. Este no es un defecto serio, pero debe corregirse de inmediato, pues sólo así es posible disponer de un buen sistema de dirección, e impedir además el desgaste excesivo de los neumáticos delanteros. Cuando éstos se hallan acopados o desgastados en ángulo, se debe deducir con certeza que hay algún defecto en la suspensión. Estando el auto con sus cuatro ruedas sobre el piso, súbase en la defensa delantera y mézalo con su peso. Si el extremo frontal bota con facilidad, no le quepa duda que los amortiguadores están desgastados. En muchos autos, los amortiguadores son parte integral de la suspensión delantera y hay que desarmar casi todo el conjunto de ésta, a fin de reemplazarlos. Si los amortiguadores están en buen estado, el auto se detendrá después de uno o dos botes. Los amortiguadores traseros se comprueban en la misma forma. Verifique también que ninguno de los muelles traseros está roto ó vencido.
Revise todos los cierres de las portezuelas, asegurándose de que están en orden y funcionan como es debido. Asimismo, examine las manecillas. Cuando se tienen niños, esto es importante. Suba y baje los cristales de las ventanillas, para comprobar que el mecanismo de cremallera trabaja como Dios manda. Con la portezuela abierta, compare el color de la pintura de su borde con el de la carrocería. Si nota una diferencia, hay que suponer que el auto se ha repintado. El buen estado de la tapicería, así como el de las alfombras, denota que el dueño original fue cuidadoso con el coche, pero es posible también que se hayan quitado las fundas de los asientos e instalado nuevas esteras de bajo precio. Si el carro tiene transmisión ordinaria, el hecho de que haya nuevas almohadillas en el pedal, revela que las originales estaban excesivamente estropeadas; posiblemente, debido a que él coche usaba frecuentemente en un servicio plagado de arrancadas y paradas continuas. Como se sabe, este tipo de conducción es mucho más destructivo que los viajes largos a altas velocidades, cuando el motor alcanza la debida temperatura de funcionamiento, y el aceite circula a la perfección.

 

Al darle vuelta a la llave del encendido, se comprobará el estado del medidor de la gasolina, y del amperímetro. Ponga en marcha el motor y observe la presión del aceite. Al principio será alta; luego, a medida que el motor se calienta, descenderá aun nivel normal. Si se cubre el radiador con una manta, se conseguirá que el motor alcance rápidamente la temperatura de funcionamiento. Si la presión del aceite baja mucho más de lo normal, es señal de que los cojinetes están excesivamente gastados. Para corregir esto, se necesita efectuar una reparación general. Mientras se encuentre en el asiento delantero, compruebe el pedal del freno, el cual debe ser bastante firme y tener Unos 3/4" de juego. Si el pedal desciende más de esto, pero con sólo bombearlo una vez adopta la posición debida, posiblemente lo único que se requiere es ajustar los frenos. Haga girar el manubrio de la dirección para ver si descubre alguna flojedad en los engranajes y varillas. De ser excesiva, debe arreglarse. Consiga que el concesionario haga todos los arreglos y correcciones antes de comprar el carro. Es mucho más fácil lograrlo antes, que después que aquél reciba el dinero. Encienda las luces para cerciorarse que todos los bombillos están bien. Examine el estado de los filamentos de luz alta y baja de los faros, así como también las luces de cola. Si hay luces direccionales y de retroceso, revíselas también.
Levante el capó e inspeccione el motor. Aquí tampoco la limpieza es indicio de la buena condición de la máquina. Podría ser que la hayan limpiado a vapor, y pintado, lo cuál no mejoraría en nada su funcionamiento. Extraiga la varilla medidora de aceite y compruebe la condición del lubricante. Si éste es grueso, podría ser señal de que el motor es ruidoso y necesita ese tipo de aceite para silenciarlo. O tal vez sea que consume una gran cantidad de aceite de densidad menor. En cualquiera de los dos casos, la máquina precisará de una costosa reparación general.

Súbase sobre el parachoques y meza el automóvil con su peso para probar los amortiguadores. Si el carro bota fácilmente, es señal de que se hallan gastados.

 

Examina la desviación o convergencia de las ruedas delanteras. Deben estar verticales o ligeramente hacia afuera por arriba. La convergencia debe ser mínima.

 
 


El acumulador y los cables no deben estar corroídos.
 
El juego máximo del pedal del freno debe ser de 3/4"  

Al comprobar un motor, tenga cuidado de que alcance la temperatura de funcionamiento: Esto es importante, puesto que algunos motores modernos, con pistones "ovalados" y claros en frío, producirán ruido mientras la máquina no se calienta por completo. Una vez conseguido esto, acelérela y observe si hace ruido. En un motor de cabezal plano (tipo L), cualquier ruido fuerte o golpeteo continuo es señal de que hay algo realmente desgastado. En un motor con válvulas a la cabeza, puede aceptarse cierto ruido debido a que es imposible silenciar por completo las punterías y balancines. Si el motor funciona silenciosamente, pero da la impresión de hacerlo con lentitud, compruebe la regulación del encendido. Si la chispa está demasiado retardada, puede ser que oculte el golpeteo de una biela, u otro ruido.
Mientras acelera el motor, observe hacia el escape. Si sale una nube de humo azulado, puede estar seguro que se trata de un motor excesivamente desgastado que consume exceso de aceite. El humo negro indica que el motor funciona a expensas de una mezcla muy rica de combustible. Generalmente, esta irregularidad se elimina por completo si un mecánico competente hace una reparación general del carburador .
Examine la batería. Los nuevos acumuladores se garantizan por un período de 1 a 3 años, más o menos. Si se resta la edad del carro de la duración total del acumulador, se obtendrá una diferencia pequeña. Es, pues, una precaución lógica adquirir un nuevo acumulador cuando se compre un automóvil que tenga más de un año de uso. Sin embargo, si la caja del acumulador está limpia y los cables y grapas no están muy corroídos, es razonable pensar que la batería puede rendir aún buen servicio por algún tiempo. Examine los cables hasta su parte inferior para ver que no estén sueltos o corroídos en las conexiones al arranque y tierra. Las conexiones en la bobina y distribuidor, como también en las bujías, no deben estar empapadas en aceite, o corroídas. Cualquier cortocircuito en el alambrado se traduce en un mal funcionamiento del motor y en un kilometraje bajo, además de suponer una carga excesiva en el acumulador.
¿Hay muestras de filtraciones en el radiador? La pérdida excesiva de agua o anticongelante daña seriamente un motor en pocos minutos, y todos sabemos que un nuevo radiador es costoso. Si las mangueras del radiador o del calentador están pasadas, pueden reventarse en cualquier momento. Además de esto, una manguera vieja siempre despide pequeñas partículas.

 

El aceite del motor lo revela todo, El tipo grueso indica que el motor es ruidoso y necesita silenciarse, o que consume excesiva cantidad de aceite delgado.

  Una nube de humo azulado del escape indica que el carro es un <quemador de aceite> El remedio de esto requiere una costosa reparación general del motor.
 
El cambio a arreglo de un radiodar es caro. El goteo en las juntas soldadas se repara con facilidad.   Las fugas en la empaquetadira del múltiple de escape pueden dar entrada al mortífero monóxido de carbono.
 
El kilometraje indicado puede ser engañoso. Los viajes largos causan menos desgaste que los cortos y lentos, cuando el motor del vehículo no se calienta como es debido.   Los Goteos de aceite en el colector bajo la transmisón automática, es indicación de futuras molestias.

Continuando con la inspección, ponga el auto en marcha. Acelérelo en las tres velocidades, si es que está equipado con transmisión ordinaria. En cada velocidad escuche atentamente pa1ra ver si percibe algún chirrido o rozamiento, lo cual es indicación de que existen engranes desgastados en la transmisión y diferencial. Si el coche está provisto de transmisión automática, hágalo correr en todas las velocidades que aparecen en el indicador, y cuando se halle en la carretera, use el engranaje de paso una o dos veces para ver si funciona debidamente. Con cualquier transmisión automática, el motor debe estar perfectamente sincronizado a fin de obtenerse un rendimiento uniforme. Por lo tanto, antes de conducir un carro con transmisión automática, escuche el ruido del motor cuando funciona en baja, para ver si trabaja con uniformidad; acto seguido, acelérelo súbitamente. En caso de que el motor no aumente las revoluciones inmediatamente, el defecto puede radicar en el carburador, posiblemente en el sistema de la bomba del acelerador. La causa de esto, en algunos casos, puede ser que el distribuidor está gastado o que hay platinos quemados. También producirá dicho efecto una separación excesiva en las bujías. Conduzca el carro a unos 15 k.p.h. en alta, y súbitamente oprima el pedal del acelerador hasta la tabla. Si el motor tiembla con exceso, haciendo vibrar todo el auto, la causa de ello es que las válvulas deben esmerilarse. Cualquiera de estas irregularidades en el motor sería motivo para que la transmisión automática no funcione debidamente. Si cree que le conviene comprar el carro, haga Ud. que el vendedor le sincronice el motor; luego, pruébelo nuevamente en la carretera para cerciorarse de que la transmisión no está defectuosa. Uno de los mayores problemas con las transmisiones automáticas es que gotean aceite. Todo mecanismo de este tipo tiene un depósito de aceite fijado en el fondo, el cual puede verse fácilmente con sólo mirar debajo del coche. Si dicho depósito muestra filtraciones de aceite alrededor de la empaquetadura, o en cualquiera de los extremos donde se conectan el eje motriz y el motor, el sello del aceite debe reemplazarse o la empaquetadura renovarse. Asegúrese de corregir este defecto.

Lista de Comprobaciones
¿Está el bastidor dañado o soldado? ¿Las ruedas delanteras alineadas? ¿Los amortiguadores muy desgastados? ¿Cómo están los neumáticos
¿Funcionan los cierres y manecillas? ¿Funcionan bien las ventanillas? ¿Funcionan todos los instrumentos? ¿Funciona el radio y demás aparatos?
¿Es la presión del aceite constante? ¿Cómo están los prenos? ¿Está floja la dirección? ¿Funcionan todas las luces?
¿Motor ruidoso una vez caliente? ¿Sale humo de aceite del escape? ¿Cómo está el acumulador? ¿Fugas en los empaques del múltiple?
¿Fugas en el sistema de escape? El aceite habla por si solo ¿Transmición ruidosa? - ¿Con fugas? ¿El embrage patina o se agarra?
¿Están los pedales en buen estado? ¿Funciona el mecanismo del asiento? ¿Buen neumático de repuesto? ¿Filtraciones en el parabrisas?
¿Está el capó desalineado? ¿Están los platinos en buen estado?    

Aunque muchos de los puntos mencionados son nimios, por sí solos, la presencia de varios a la vez, podría, resultar en un servicio caro y nada confiable. Por otra parte, el hecho de que haya varios defectos visibles, es indicación de que la persona que poseía el auto no lo cuidó como era debido, lo que a, su vez sugiere la posibilidad de que haya muchas otras fallas ocultas. Con excepción de una casa, un automóvil es la compra que representa el mayor desembolso para la persona común y corriente. Teniendo esto en mente, haga sus observaciones con gran cuidado, pues la inversión de una suma importante de dinero exige que se tomen las precauciones necesarias, a fin de estar seguro que el artículo vale lo que cuesta. Si el vendedor no permite un examen minucioso, hay que asumir que el carro tiene algo malo. Haga la compra sólo cuando usted esté completamente seguro. Como punto final, tenga presente que al determinar la cantidad máxima que sin riesgo alguno puede invertir en la adquisición de un carro usado, es conveniente deducir de 50 a 100 dólares para el pago de la reparaciones que sin duda se presentarán, aún cuando escoja usted el mejor automóvil del surtido de un vendedor de confianza.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 14 - Abril de 1954 - Número 4


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus