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Musang SVO, nueva tecnología - El estilo funcional de auto de carreras incluye alas traseras dobles, deflectores de aire en el capo
El estilo funcional de auto de carreras incluye alas traseras dobles, deflectores de aire en el capo
Por Wade Hoyt
Mustang SVO, nueva tecnología
Cuando probamos por primera vez el Mustang SVO, no quedamos muy bien impresionados con él. Todas las otras revistas se habían desatado en elogios para este nuevo modelo, y hubiéramos quedado muy preocupados por nuestro juicio, si el automóvil que la Ford nos proporcionó hubiera sido un modelo como cualquier otro de producción en serie. Tal como dijimos en ese artículo, el automóvil tenía neumáticos diferentes y sospechábamos que tenía otras modificaciones. Era evidente que la Ford quería que su automóvil tuviera una buena actuación en la pista de carreras donde lo sometimos a prueba. Y, aunque los cambios que tenía este Mustang SVO lo hicieron brillar de verdad en la pista, su comportamiento no fue muy bueno en el camino.
Unos cuantos meses después pude invertir cierto tiempo en un SVQ "verdadero", y era un vehículo mucho mejor que ese monstruo que conocimos en nuestro primer encuentro.
El Mustang SVO no es ningún Porsche ni Ferrari, pero tampoco hay que pagar por él los precios que tienen estos últimos modelos. Dentro de los confines de su precio, el SVO es una máquina de alta tecnología y alto rendimiento que supera de verdad aun Mustang convencional.
El motor se basa en el Cuatro de levas en la culata y 2.3 litros de desplazamiento de la Ford, el cual normalmente desarrolla una potencia de 88 caballos. La versión SVO emplea un sistema electrónico de inyección de combustible y un turboalimentador con un interenfriador para aumentar esta potencia a 175 caballos. Un interruptor en el tablero de instrumentos permite recalibrar el sistema de control electrónico del motor para gasolina común o de alto octanaje. Los frenos son de tipo de disco en las cuatro ruedas. La suspensión incorpora seis amortiguadores Koni ajustables, llenos de gas. Los dos amortiguadores horizontales en el extremo trasera estabilizan el eje del Mustang al acelerar con rapidez. Se usa una transmisión manual de cinco velocidades como equipo de norma en este modelo.
El automóvil tiene una apariencia verdaderamente siniestra con esa toma excéntrica en el capó ubicada sobre el interenfriador, sus dos deflectores traseros, su hocico recto, sus neumáticos de muy bajo perfil, sus ruedas de aluminio al ras tipo Porsche de 40.64 cm (16 pulgadas) y su manubrio de dirección dotado de un grueso acojinamiento.
La aceleración es sorprendente, siempre y cuando mantenga uno el motor girando a más de 3000 rpm. Por debajo de esta velocidad, el turboalimentador surte poco efecto, aun cuando se nota que el medidor registra su actuación. Pero se puede sentir la acción del turboalimentador apenas el motor alcanza esa velocidad de 3000 rpm. A velocidades menores, se da uno cuenta de que está manejando un automóvil de cuatro cilindros. Los controles son simples, pero un poco embarazosos de usar. El volante con acojinamiento de cuero lleva el botón de la bocina en el centro, una posición a la que está volviendo de nuevo el Ford
Los controles son simples, pero un poco embarazosos de usar. El volante con acojinamiento de cuero lleva el botón de la bocina en el centro, una posición a la que está volviendo de nuevo el Ford
La marcha es verdaderamente excelente para un automóvil deportivo. El vehículo se mueve con suavidad sobre baches en el camino, con sólo un poco de dureza a bajas velocidades. Los frenos en este automóvil eran de primera calidad -no se desvanecen y permiten que el automóvil se detenga de inmediato, sin desplazarse.

Con 30 caballos de fuerza menos que el V8 del Mustang GT y un peso mucho menor en el extremo delantero, el SVO tiene también un manejo mucho mejor, aunque todavía no puede considerarse como perfecto. Aún tiende a desplazarse un poco cuando se le fuerza demasiado sobre caminos accidentados. Los neumáticos radiales Goodyear 225/50Vr16NCT, El compartimiento del motor es muy práctico, aunque no atractivo. El motor se halla desplazado hacia atrás para distribuir mejor el peso. ¡Hay que quitar el interenfriador para llegar a las bujías!
El compartimiento del motor es muy práctico, aunque no atractivo. El motor se halla desplazado hacia atrás para distribuir mejor el peso. ¡Hay que quitar el interenfriador para llegar a las bujías!
que resultan insuperables en superficies secas, obligan a manejar con cuidado en caminos cubiertos de nieve, hielo o arena, especialmente cuando el turboalimentador entra en acción de manera súbita.
Tiene el vehículo algunas otras desventajas heredadas del automóvil pequeño convencional, que hacen que el SVO no sea el modelo ideal que se busca. Aunque los asientos de tipo de carrera y de ajustes múltiples son muy atractivos, se siente que se está metido en un hueco dentro del Mustang de costados altos. Simplemente son demasiado bajos. Resulta extraño usar alguno de los controles, incluyendo la corta palanca de los limpiaparabrisas, la cual se encuentra ubicada detrás de una larga palanca para las señales de virajes. La consola, los respaldos plegables de los asientos traseros y la portezuela de la guantera son algo problemáticos. Se ha añadido un poco de fricción ala dirección motriz del Mustang, aunque ésta no proporciona una buena sensación del camino. Esta combinación de falta de potencia a bajas velocidades, controles extraños y dirección lenta no inspira mucha confianza que digamos cuando se avanza a través de congestiones del tránsito vehicular.
Posiblemente lo que representa el Mustang SVO es más importante que lo que puede y no puede hacer: la tendencia en Detroit a producir automóviles de alto rendimiento, después de tanto tiempo de crear vehículos demasiado dóciles. No el alto rendimiento de los automóviles de la era de gran potencia, sino ese rendimiento que se traduce en un menor consumo de combustible, frenos de mayor eficiencia y un manejo más ágil. Es evidente que la Ford ha invertido una gran cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero en el SVO, en lugar de limitarse a instalar un motor grande dentro de un automóvil pequeño.
Esta nueva tendencia no sólo es sumamente positiva, sino que es algo que resulta totalmente inesperado para ciertas personas. Mientras un amigo mío admiraba el motor turboalimentado, los anchos neumáticos, el deflector de dos planos y la toma funcional en el capó, preguntó lo siguiente: "¿Puede uno obtener en realidad un automóvil como éste?" Pues sí. Pero hay que pagar por él.
En el caso del Mustang SVO, su precio varía desde US$15,970 en los Estados Unidos, o sea que cuesta US$6,018 más que el Mustang GT y US$8,498 más que el Mustang básico. El automóvil que probamos, dotado de acondicionamiento de aire, acabado de pintura metálica, un sistema de sonido de AM/FM, ventanillas y cerraduras de puertas de tipo motriz y muchas otras cosas, tenía un precio de venta al público de US$17,651.
¿Justifica toda esta tecnología el alto precio del vehículo? Puede ser que sí, Si se quiere poseer el Mustang más avanzado tecnológicamente que se ha producido hasta hoy, pero el SVO aún sufre de ciertas desventajas hereditarias. En esta categoría de precio, se puede hallar un gran número de automóviles GT con un excelente rendimiento y más comodidades.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 37 - Septiembre 1984 - Número 9



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus