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La Energía Atómica al Día - Marzo 1957
      La fotografía a la arriba-derecha muestra el "escalador" de banda continua que mueve los electrones a la parte superior del acelerador. Los electrones se van acumulando allí hasta producirse el voltaje requerido, y luego se disparan contra el blanco, a través de un tubo al vacío. Dichas partículas de gran energía producen efectos muy extraños. Pueden vulcanizar caucho, cambiar el color de muchos productos químicos corrientes y proporcionarles a los aceites ya las grasas ciertas propiedades que nunca han tenido antes.CON PARTICULAS atómicas de gran energía se producirán plásticos tan resistentes que podrían usarse como miembros estructurales para edificios, pronostica un hombre de ciencias al servicio de una compañía petrolera.

      El Dr. Harold Gershinowitz, presidente de la Compañía Shell Development, recientemente manifestó que "el bombardeo de energía atómica afectará a los plásticos en la misma forma en que la forjadura afectó al hierro y la vulcanización al caucho." Ya es posible transformar plásticos líquidos ordinarios en singulares sólidos nuevos que muestran una resistencia extremadamente alta al calor ya los cambios químicos, así como a los impactos.

      La compañía mencionada está utilizando para sus investigaciones un nuevo acelerador de electrones de 3.000.000 de voltios que constituye la fuente de radiación más potente que hay en la industria. Acelera partículas atómicas a casi la velocidad de la luz y luego las dispara contra el material que se está elaborando.

      La fotografía a la arriba-derecha muestra el "escalador" de banda continua que mueve los electrones a la parte superior del acelerador. Los electrones se van acumulando allí hasta producirse el voltaje requerido, y luego se disparan contra el blanco, a través de un tubo al vacío. Dichas partículas de gran energía producen efectos muy extraños. Pueden vulcanizar caucho, cambiar el color de muchos productos químicos corrientes y proporcionarles a los aceites ya las grasas ciertas propiedades que nunca han tenido antes.

      Willard F. Libby, Comisionado de la Comisión de Energía Atómica, mencionó recientemente una de las paradojas más interesantes que se han presentado en la búsqueda de nuevos materiales. Hay ahora un grupo de metalúrgicos tratando de descubrir un elemento de combustible no corrosible, un metal que no pueda disolverse en el reactor altamente corrosivo. Al mismo tiempo, hay otro grupo de químicos que están tratando de encontrar medios de disolver este metal no corrosible a fin de poder elaborar un elemento de combustible de desecho con objeto de producir radiactividad a un costo moderado.

      Recientemente un científico de la Marina Norteamericana puso en duda ciertos conceptos básicos de la física. Por muchos años los físicos han creído que el cero absoluto es de 273.1°C., y que la velocidad. de la luz es la mayor velocidad teórica posible. Según declaraciones de L. Carroll, el científico aludido, lo anterior no es siempre verdad.

      Explica él que si los átomos pudieran enfriarse a una temperatura sumamente baja, podría liberarse un "nuevo tipo de energía superatómica". Según su teoría, a medida que el átomo se fuera enfriando más y más, sus electrones gravitarían alrededor del núcleo con rapidez cada vez mayor, lanzándose finalmente dentro del núcleo, desintegrándolo y liberando toda su energía.

En la foto a la izquierda aparece un túnel subterráneo que hay en la planta atómica de Hanford, donde se sepultarán para siempre aparatos dañados que sean demasiado radiactivos para ser reparados. El túnel, que se halla a 152 M. bajo tierra, tiene grandes puertas de hormigón con receptáculos de agua.      En la foto a la izquierda aparece un túnel subterráneo que hay en la planta atómica de Hanford, donde se sepultarán para siempre aparatos dañados que sean demasiado radiactivos para ser reparados. El túnel, que se halla a 152 M. bajo tierra, tiene grandes puertas de hormigón con receptáculos de agua.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 20 - Marzo 1957 - Número 3



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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus