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25 años después -Las sondas espaciales Voyager
Un cuarto de siglo después de que las sondas espaciales Voyager abandonaran la Tierra para visitar otros planetas, esta histórica misión comienza a enfrentarse a una lucha contra el tiempo.

Durante los primeros 12 años después de su lanzamiento en 1977, las Voyager realizaron innumerables descubrimientos acerca de cuatro planetas y 48 satélites. Ahora que se cumple el aniversario 25 de la misión, los científicos que la crearon esperan que al menos una de las sondas supere los límites de la influencia del Son antes de que su abastecimiento de energía nuclear disminuya al grado de que no pueda informarnos sobre qué hay allá afuera.

"Las sondas continúan su camino después de 25 años", dijo Edward Stone, quien ha pertenecido al proyecto desde 1972. "En 1977, no imaginábamos que durarían tanto tiempo. Nuestro objetivo inicial era realizar una exploración de cuatro años hacia Júpiter y Saturno."

El equipo responsable de Voyager recibe información procedente de las sondas casi a diario. Al cierre de esta edición, las sondas analizaban los alcances del viento solar, un flujo de partículas arrojado por nuestra estrella.

La meta eventual es convertirse en la primera sonda que salga del Sistema Solar. "Una señal de radio que viaje a la velocidad de la luz tarda casi 12 horas para viajar entre Voyager 1 y la Tierra. Es nos provoca preocupaciones técnicas", explicó Ed Massey. "De presentarse algún problema a bordo, podría pasar todo un día antes de que recibiéramos esa señal y pudiéramos enviar las órdenes para solucionarlo. Sería demasiado tarde." El equipo está tratando de anticipar cualquier emergencia y programar las computadoras de las sondas con instrucciones para enfrentarlas.

Ambas sondas también estudian la enorme burbuja que el Sol infla alrededor de sí mismo debido a la presión externa del viento solar. La burbuja tiene un límite, llamado heliopausa, donde esta presión es equilibrada por la influencia del viento interestelar del extremo de nuestra galaxia. Fuera de ese límite, el viento interestelar es un flujo de átomos y de otras partículas expulsadas por estrellas moribundas. Algunos científicos sugieren que, a muy largo plazo. el viento interestelar podría presionar ocasionalmente ese límite lo suficiente como para alterar el clima de la Tierra.

Voyager 1 se acerca ala heliopausa a un ritmo de 1.6 millones de kilómetros por día. El que pueda llegar antes de 2020, año que marca el límite funcional de su batería eléctrica, dependerá de cuán lejana esté la heliopausa. Un cálculo reciente estima que, en dependencia de la distancia, le tomaría entre siete y 21 años alcanzarla. Ya ha descubierto que el viento solar externo a su alrededor está perdiendo velocidad a causa de las partículas interestelares y se calcula que podrá realizarse una predicción más exacta en unos tres años.

Cualquiera que sea su futuro, las sondas Voyager han ganado un lugar prominente en la historia de la exploración espacial. Entre las grandes sorpresas que han revelado, se encuentran las siguientes: Io cuenta con volcanes activos, la atmósfera de Júpiter tiene docenas de tormentas y Neptuno presenta los vientos más veloces de cualquier planeta. Y aun cuando quedaran en silencio, seguirán adelante con sus famosos discos con imágenes y sonidos de la Tierra.
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25 años después -Las sondas espaciales Voyager - Noviembre 2002

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 55 - Noviembre 2002 - Número 11


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus