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Filatelia - Evítese una decepción - Por Ignacio A. Ortiz Bello Filatelia - Evítese una decepción - Por Ignacio A. Ortiz Bello
Por Ignacio A. Ortiz Bello
Últimamente me he dedicado a participar, Como comerciante, en varias de las ferias o mercadillos dominicales que proliferan en esta área metropolitana, teniendo una mesa sobre la cual despliego varios libros o carpetas Con series de sellos nuevos, sellos usados, sobres de primer día y algunos billetes. Esta ha sido una experiencia que, además de incrementar las ventas de mi negocio, me ha servido para exponerme y conocer a muchos coleccionistas, desde los muy principiantes hasta los muy avanzados, así como a otras personas que pudiéramos catalogar de "juntadores", "guardadores", "curiosos" y alguno que otro "heredero", al cual le han regalado muchos sellos y no tiene ni idea de lo que tiene.

Como en estos mercadillos no tengo las facilidades necesarias a fin de revisar, evaluar y ofrecer una cantidad justa por las colecciones que algunas personas me traen para vender, generalmente las cito a mi oficina, donde poseo catálogos y otras facilidades que me permiten estudiar todas las piezas que le puedan dar valor a una colección.
Filatelia - Evítese una decepción - Por Ignacio A. Ortiz Bello
Y es muy decepcionante para mí, pues quisiera que me trajeran un buen negocio con el cual resolver las obligaciones del mes, y mucho más para la persona que tengo sentada frente a mí, que ha guardado con celo la colección que un tiempo atrás heredara de un ser querido, muy recomendada Como poseedora de sellos de un gran valor.

Lo primero que generalmente encuentro en estas colecciones, que les resta valor comercial, es el inconveniente de haber completado algunas series de sellos nuevos con sellos usados, de estar coleccionando en un mismo álbum sellos nuevos y sellos usados. Seguidamente, paso a ver si las series están completas, con todos los valores que la integran, ya que por lo general a una serie de siete, ocho o 10 valores, siempre le faltan los valores de facial más alto y así se le resta valor. Es de más valor comercial y filatélico el poseer unas cuantas series completas, con todos loS valores altos, que poseer varios cientos de sellos que no forman series completas, ya sean nuevas o usadas.

El filatelista no colecciona pedazos de sellos. Tan pronto veo que en una colección hay varios sellos a los cuales les falta una esquina. que les han cortado parte del dentado, que están adelgazados o rasgados, ya nace en mí la desconfianza por el resto de los sellos que pueden tener algún otro defecto menor y más difícil de encontrar a simple vista, lo cual sirve para que minimice en mi opinión el precio que pudiera pagar al vendedor.

Algo muy importante es ver qué países componen una colección. Cuando comienzo a revisar una colección y empiezan a aparecer, una tras otra, páginas llenas de países extraños, raros, fantasmagóricos y que son difíciles de encontrar en un atlas, pienso en el deleite que el filatelista disfruta con esos sellos tan exóticos y bellos... pero carentes de valor.

Y aunque aún se me quedan en el tintero otros consejos sobre qué no coleccionar, a fin de evitarse una decepción, lo cual pudieran ser sellos sucios, manchados, con cancelaciones que casi no permiten ver el sello, no puedo terminar sin arremeter contra los países que fabrican, que producen sellos indiscriminadamente, poco serios, y hasta los imprimen con el matasellos para que parezcan auténticamente usados.

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 42 - Diciembre 1989 - Número 12


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus