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Muertes por calor
Un simple detector de movimiento y un ingenioso programa de cómputo pueden salvar la vida de niños encerrados en autos ardientes.
Por Jim Wilson
Los niños tienen una extraña habilidad para ponerse en peligro. Incluso se llegan a encerrar en los maleteros de los autos. Para evitar ese problema, los expertos en seguridad de General Motors desarrollaron un sistema detector llamado TrapAlert. Sin embargo, mientras realizaban sus investigaciones descubrieron algo igual de alarmante: el alto número de niños muertos por insolación (o hipertermia) cuando fueron dejados sin supervisión dentro de un automóvil. De acuerdo con las cifras de GM y del Programa Niños Seguros, a partir de 1996 al menos 120 pequeños, la mayoría menores de tres años, fallecieron de hipertermia dentro de vehículos estacionados, esto tan sólo en Estados Unidos.

Por más que una estadística luzca aterradora, aún se le pueden encontrar otro dato que resulta más alarmante: en la mayoría de los casos, las muertes ocurrieron cuando la gente tenía la percepción de que el clima no era muy cálido.

Algo que se debe tener presente es que, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, cuando la temperatura ambiente es de 26°C, en el interior de un vehículo puede alcanzar rápidamente los 37°C. Y la insolación tiene lugar cuando la temperatura corporal de una persona llega a los 40.5°C.

Aumento de temperatura
El sistema de alerta de insolación de GM es conceptualmente muy sencillo. Un radar detector de baja energía, capaz de percibir la respiración de un niño, se encarga de determinar si el vehículo está ocupado. Mientras tanto, un termómetro monitorea la temperatura. Gracias a estos instrumentos, sonará una alarma si es que el vehículo se llega a calentar mucho cuando hay alguien adentro.

La parte más difícil del problema es determinar cuál es la temperatura a la que debe sonar la alarma. Esto nos lleva a una vieja realidad: no es el calor lo que acaba contigo, es tu falta de volumen. Debido a su peso, los niños tienen una superficie corporal mucho menor que los adultos. Esto y su falta de habilidad para regular su temperatura los pone en un riesgo más considerable.

Realizar pruebas para desarrollar un sistema de alarma presentaba un gran dilema. Obviamente, no era posible encerrar niños en vehículos durante un día muy soleado hasta verlos desfallecer. Pero eso sí se podía hacer con universitarios. Bajo la dirección del doctor Oded Bar-Or, 10 hombres saludables de entre 18 y 25 años se metieron voluntariamente en vehículos con temperaturas de 65°C durante 83 minutos. Durante el experimento, realizado en la Universidad McMaster de Hamilton, en Ontrio, Canadá, los signos vitales y la temperatura central de los voluntarios sirvieron como indicadores. También se les preguntó constantemente qué era lo que sentían. Brian Timmons, un investigador asistente quien también sirvió como conejillo de indias, nos cuenta los últimos minutos del agotador experimento: “Estaba mareado”, dice. “Sin importar cuánto aire inhalara sentía que no estaba tomando suficiente oxígeno.”

“Lo que encontramos fue que la temperatura en el interior del un vehículo pequeño estacionado bajo el sol en un día con 35°C subió en 40 minutos a 65.5°C, comenta Bar-Or. “Esas condiciones tienen un efecto tremendo en el cuerpo humano, quizá debido a la redistribución de la sangre, lo cual perjudica a los órganos vitales.”

Alerta de tres bocinazos
Los ingenieros de General Motors utilizaron los datos arrojados por la investigación de Bar-Or para programar el “punto de activación” en el cual sonaría la alarma. El siguiente paso consistió en diseñar el detector, el cual debería trabajar en conjunto con el sistema de seguridad de los vehículos de GM -vale la pena comentar que dicho sistema ya está terminado y actualmente está siendo instalado en las líneas de ensamblaje. “Estamos orientándonos a un detector para ciertas vans y para automóviles utilitarios de tamaño grande”, dice Harry Pearce, vicepresidente de GM. “Intentamos tenerlo listo para el calendario de 2004.”

Por lo que hace a la alarma, serás capaz de reconocerla en cuanto la oigas. Cuando haya un niño en problemas dentro de un vehículo, su claxon emitirá tres bocinazos muy agudos -idénticos al punto-punto-punto con el que comienza el llamado mundial de SOS del Código Morse.
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Muertes por calor - Octubre 2001 Muertes por calor - Octubre 2001

Fuente: Revista Mecánica Popular - Volumen 54 - Octubre 2001 - Número 10


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Idea original de Mi Mecánica Popular por: Ricardo Cabrera Oettinghaus